Girona (Cataluña), 18 de diciembre de 2013 / Cartas al Director / Enric Barrull Casals.
El Papa Francisco no deja de recordar a sus predecesores inmediatos en un gesto que pone de manifiesto esa permanente continuidad en la Iglesia. Benedicto XVI se ha llevado buena parte de las menciones de Francisco, que se acordó de él ya desde el primer momento en el que fue elegido Papa, y que lo visitó en Castelgandolfo.
El domingo de la Divina Misericordia, le tocaba el turno a Juan Pablo II, que murió, precisamente, en un domingo como este en el año 2005. "Hoy es el Domingo de la Divina Misericordia, por voluntad del Beato Juan Pablo II, que cerró sus ojos a este mundo precisamente en la vigilia de esta celebración", dijo tras el rezo del Regina Coeli que corresponde a este tiempo de Pascua.
Y con Juan Pablo II muy presente repitió ese "no tengáis miedo" que tantas veces utilizó el Papa venido del Este: "Tengamos también nosotros el coraje de testimoniar la fe en ¡Cristo resucitado¡, ¡No tengamos miedo de ser cristianos y de vivir como cristianos!".
El papa Francisco, con su particular estilo en todo lo que atañe a su propia persona, no quiere que esta Iglesia olvide a sus últimos pontífices, que tanto han hecho por la esposa de Cristo en los años en los que más está costando bregar contracorriente.
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