miércoles, 8 de enero de 2014

La alegría de la familia

A Coruña (Galicia), 8 de enero de 2014 / Artículo de Opinión / Suso do Madrid

La familia cristiana llenó, el pasado 29 de diciembre, una vez más la plaza pública. Ha alzado la voz sin estridencias, proponiendo un mensaje lleno de verdad, bondad y belleza, sin imponer nada a nadie, pero sin complejos a la hora de dar un testimonio que, hoy más que nunca, está demostrando su insustituible valor para la solidaridad y la paz social.

Y es que ese mismo día, la familia unida ha celebrado y rezado en los santuarios de Loreto, Nazaret, y de la Sagrada Familia en Barcelona. Y también en tantos lugares del mundo, como por ejemplo Madrid, donde por séptimo año, de forma destacada, la plaza de Colón fue una fiesta multitudinaria.

Ante una cierta cultura de la tristeza que nos amenaza, el mensaje de la alegría del evangelio de la familia es todo un desafío. La familia es un lugar privilegiado. Y lo es también para la nueva evangelización. Un lugar donde se nos quiere por lo que somos, sin más, incondicionalmente; donde ancianos y niños, como nos ha recordado el Papa, deben tener un lugar destacado; y donde podemos expresar con sencillez las palabras “permiso”, “perdón” y “gracias”.

No es una cuestión baladí. El futuro de la sociedad se juega aquí y nosotros seremos directamente responsables en la medida en que seamos capaces de crear y cuidar estas comunidades de amor y perdón recíproco que son las familias cristianas.

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