SALT (Girona), 11 de enero de 2014 / Cartas al Director / Jesús Martínez Madrid
El Informe emitido por Profesionales por la Ética en el que se valoran algunos aspectos de la recién aprobada Ley orgánica para la mejora de la calidad educativa (LOMCE), hacen notar que “conviene recordar que la libertad de enseñanza es única y tiene varias dimensiones: creación y elección de centros educativos y modelos pedagógicos, deber y derecho de estudiar y aprender en español y libertad para educar a los hijos en las propias creencias y convicciones morales y religiosas”..
Es deseable que la libertad no se fragmente en función de intereses corporativos, ideológicos o políticos; cuando eso sucede, se vulneran derechos fundamentales de todos los ciudadanos. Resulta decepcionante que la LOMCE sea tan solo una reforma parcial de la Ley Orgánica de Educación (LOE) impulsada por Zapatero y consolide las bases de las leyes educativas socialistas hasta ahora vigentes, en cuyos principios pedagógicos está la principal causa del fracaso de la educación española. Ha sido llamativa la incapacidad mostrada por el Gobierno del PP para gestionar adecuadamente el trámite de elaboración y comunicación de esta reforma educativa y la irresponsabilidad de la mayor parte de la oposición política y social al no aportar ni una sola propuesta para mejorar la educación en España. Al final, como nos ha pasado en otros casos, tenemos los resultados que merecen las aplicaciones de insuficientes y tibias leyes.
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