Sant Feliu de Guixols (Girona), 05 de marzo de 2014 / Cartas al Director / Pedro García
Dada la tendencia al materialismo y la influencia de los avances científicos en el campo de las relaciones sexuales y la nueva vida, deberíamos enfrentarnos a este problema de la crisis de la familia y de la sociedad con una llamada de atención de que lo que está ocurriendo va en contra del hombre, no solo desde el punto de vista filosófico y teológico, sino incluso desde el punto de vista biológico, lo cual solo puede conducir a la destrucción de las conquistas sociales y culturales del ser humano “Homo sapiens”, la única especie que vive su vida de forma consciente y en la que se supone domina la racionalidad sobre el instinto.
Por ello me gustaría señalar cuatro puntos a favor de la familia natural, como “patrimonio de la humanidad” y que sería bueno se promovieran a nivel social:
a) Somos por naturaleza seres sexuados. Cada ser humano existe como hombre o como mujer y no podemos eludir esta naturaleza real biológica, física y psíquica de cada uno. Hay que insistir -contra lo que sostiene la ideología de género-, en que la dimensión sexuada no es un atributo, un elemento cultural, un concepto abstracto o una opción voluntaria. La masculinidad o feminidad de cada uno es inseparable de cada persona humana por su propia naturaleza biológica –XX o XY- y además es una realidad que adquiere todo su sentido en la necesidad de la complementariedad física y psíquica para la continuidad de la especie y para el desarrollo como personas.
b) Somos por naturaleza seres familiares.
c) Somos por naturaleza seres sociales
d) El cuarto elemento, inherente al hombre y que alcanza su máxima expresión en el matrimonio y en la familia natural, es el amor.
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