Palamós (Girona), 13 de julio de 2014 / Cartas al Director / Xus D Madrid
La cooperación entre los religiosos y la policía es una realidad poco conocida, pero esencial en la lucha contra la esclavitud. La razón es simple: los religiosos, a menudo en solitario, están presentes en los distintos ambientes de marginalidad, y son ellos quienes suelen dar la voz de alarma ante estas situaciones. Sucede con los misioneros en el tercer mundo, pero también en Europa, incluida España, donde hay una estrecha colaboración entre la policía y algunas congregaciones. Lo que proponía el Papa, en el segundo encuentro organizado en el Vaticano contra la trata de personas, es unir fuerzas y ampliar esa red a todas las personas de buena voluntad, para que esta generación pueda declarar por fin la esclavitud erradicada de la faz de la tierra.
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