Torroella de Montgrí (Girona), 05 de octubre de 2014 / Cartas al Director / Lluis Esquena Romaguera
Pienso que es preocupante de después de ver como están actuando los componentes del nuevo Califato proclamado en el norte de Irak, en buena parte de las mezquitas, sobre todo en las del Cercano Oriente y parte de África, proliferan los imanes y predicadores que fomentan el odio a todo lo que es occidental. Se ha propiciado así la emergencia de las franquicias inspiradas en “Al Qaida” o sectas como Boko Haran en Nigeria o Hamas en Palestina. Así, cuando llegaba a Bagdad el cardenal Filoni como enviado especial del Papa, la Santa Sede publicó un comunicado en el que, recordando recientes palabras de Francisco, reitera que ninguna causa, y mucho menos religiosa, puede justificar una barbarie como la que se está cometiendo día a día en Irak. Al mismo tiempo, instaba a todos los responsables religiosos a condenar sin ambigüedad alguna estos crímenes y, sobre todo, el castigo que espera a quienes los cometen. Lo cierto es que mientras no haya un cambio radical en la enseñanza y predicación del Corán como instrumento de paz y coexistencia, seguirán las atrocidades como las que vemos casi en directo estos días en Irak.
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