SALT (Girona), 12 de mayo de 2015 / Cartas al Director / Jesús Martínez Madrid
El Tribunal Supremo ha ordenado que se imparta un 25 por ciento de las clases en castellano en las aulas de Cataluña y que este criterio afecte también a las materias troncales. Los jueces han reprochado a la Generalitat su incumplimiento de las resoluciones que, desde 2010, obligaban a que la lengua común fuera vehicular. Esta recriminación no puede ser un punto final y un cruzarse de brazos cuando, con toda seguridad, la Administración separatista mantenga su abierta desobediencia a los tribunales sin consecuencia alguna. Si los fallos firmes no se cumplen, la Justicia dejará de ser tal.
Algunos empezamos a preocuparnos, pues que puede pasar en Cataluña si acaba triunfando el proceso soberanista, siguiendo el ejemplo de la actual Administración, cualquier entidad o ciudadano podrá pasarse les leyes que dicten y las sentencias de los jueces por “el Arco del Triunfo”. No creo que esta Administración tenga autoridad moral para exigirlo.
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