sábado, 1 de agosto de 2015

Celebraciones en la Ciudad San Juan de Dios, en Las Palmas de Gran Canaria


Las Palmas de Gran Canaria (Canarias), 1 de agosto de 2015 / Sociedad - Solidaridad / José Antonio Cabrera. ASSOPRESS

Una paella de 50 kilos para celebrar el verano. El cocinero y restaurador Alex Castro ha preparado una paella de aproximadamente 50 kilos para los usuarios de la Ciudad San Juan de Dios en un gesto altruista al que han contribuido de la misma manera José Carlos Hernández y Gerardo de la Paz, dos peluqueros grancanarios y Yeray Socorro, un músico que ha hecho las delicias musicales de los participantes en la fiesta. 

Más de 50 personas se dieron cita en esta fresca fiesta solidaria en la que los usuarios comenzaron jugando con globos de agua, disfrutaron de la sesión de peluquería a golpe canciones muy veraniegas para terminar con la parte más deseada, los platos de paella de marisco que el restaurador fue preparando durante la jornada. Esta ha sido la primera vez que Alex Castro ha participado en la vida de la Ciudad San Juan de Dios, pero tanto él como los usuarios apuestan por que no sea la única.

 El Hermano Aurelio Vives acaba de cumplir 90 años. Se convierte en uno de los más mayores de la Provincia Bética. Muchos Hermanos han visitado a Aurelio Vives O.H. para celebrar junto a él las nueve décadas de experiencias vividas, de las que ocho de ellas lleva vinculado a la Orden Hospitalaria, pues con tan solo 10 años viajó desde Linares, su pueblo natal, en Jaén, a Ciempozuelos para ingresar en la Escolanía de la Orden. A los 18 años ya era Hermano de San Juan de Dios, dedicándose por entero al cuidado de enfermos y necesitados.

 En su trayectoria lo encontramos también como formador de estudiantes con la intención de convertirse en futuros miembros de la Orden, pero en el Hermano Aurelio destaca su labor como limosnero. Hace casi 40 años que llegó a Las Palmas de Gran Canaria y desde aquel momento no ha dejado de visitar a los empresarios para pedirles alimentos con los que cubrir las necesidades de aquellos que no tienen nada. A pesar de sus años, el Hermano Aurelio sigue bajando diariamente las curvas de El Lasso para recoger las donaciones que los colaboradores siguen haciéndole llegar para los más necesitados. 

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