La entidad refuerza su apuesta por la contratación de personas vulnerables a través del programa Incorpora Salud Mental
- El objetivo del programa Incorpora Salud Mental, pilotado por la entidad desde 2010, es fomentar la contratación de personas con trastorno mental.
- El programa se basa en la metodología del Empleo con Apoyo, auspiciada en el ámbito europeo por la European Union of Suported Employment (EUSE), que propugna el asesoramiento a dos niveles, personas y empresas, durante todo el proceso de inserción para garantizar no sólo el acceso al puesto de trabajo, sino también el mantenimiento del empleo.
- El fuerte estigma que sufren las personas con trastorno mental es una cortapisa para su incorporación al mercado laboral, pese al efecto rehabilitador e igualador que el empleo ejerce sobre ellas.
- Los problemas de salud mental han experimentado un crecimiento sostenido y no hay visos de que vaya a frenar. Las últimas estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) apuntan que una de cada cuatro personas sufrirá algún trastorno mental a lo largo de su vida.
Las Palmas de Gran Canaria (Canarias), 10 de octubre de 2015 / Día Mundial de la Salud Mental / Gabinete de Prensa.
Con ocasión del Día Mundial de la Salud Mental, que se celebra anualmente el 10 de octubre, la Obra Social ”la Caixa” refuerza su compromiso con la inclusión laboral de las personas con problemas de salud mental como una de las estrategias más efectivas para su integración social y pone en valor el programa piloto Incorpora Salud Mental, que este 2015 ya ha facilitado 47 contrataciones en Canarias.
Incorpora Salud Mental tiene el objetivo de fomentar la contratación de las personas con problemas de salud mental en la empresa ordinaria y velar por el mantenimiento del puesto de trabajo tras la incorporación.
El programa se basa en la metodología del Empleo con Apoyo (ECA), auspiciada desde el ámbito europeo por la European Union of Suported Employment (EUSE) y definida por la propia EUSE como “un método de intervención que se aplica a personas con capacidades diversas y a otros colectivos en desventaja para acceder a un empleo remunerado y mantenerlo dentro del mercado laboral abierto”.
Así, las más de 350 entidades sociales que configuran los Grupos Incorpora no actúan como meros proveedores de candidatos a las empresas, sino que realizan un asesoramiento individualizado y trabajan a dos niveles: con los demandantes de empleo y con los empleadores o empresas, para proponer a la organización el profesional que mejor se adecúe a su vacante. Después, con el objetivo de facilitar la adaptación del profesional y lograr el mantenimiento del puesto de trabajo, las entidades sociales mantienen su apoyo tanto a la empresa como al profesional más allá de la contratación.
La actividad del programa se vehicula a través de la web www.incorporasaludmental.org. Allí, empresas, personas y entidades sociales encontrarán espacios con toda la información, documentación, legislación y recursos relativos al proceso de inserción laboral y/o la atención de las personas con problemas de salud mental en el mercado de trabajo.
Un efecto igualador
El empleo tiene para las personas con problemas de salud mental un efecto igualador, ya que las identifica como ciudadanas de pleno derecho y las equipara al resto de personas. “En la empresa se desprenden de la etiqueta de enfermos”, sostiene el psicólogo Pau Gabarrella, coordinador de la Oficina Técnica de apoyo al programa Incorpora Salud Mental.
Lamentablemente, se trata de uno de los colectivos con las tasas más bajas de ocupación debido, entre otras cosas, al fuerte estigma asociado a la enfermedad mental. Un informe del Observatorio sobre Discapacidad y Mercado de Trabajo en España (Odismet) destaca que, si bien el desempleo es significativo entre las personas con discapacidad, se observan “diferencias significativas” en función del tipo de discapacidad. “Mientras que las personas con discapacidades auditiva (57,4%) o visual (42,4%) y físicas (38,8%) tienen una tasa de actividad más alta, la participación en el mercado laboral de las personas con discapacidad intelectual (28,7%) o enfermedad mental (27,1%) resulta muy inferior”, reza el mencionado estudio.
Un ejemplo de asesoramiento: KOSTAL
El programa interviene también cuando la necesidad de apoyo vinculada al ámbito de la salud mental está ya presente en la empresa. El pasado año, por ejemplo, la filial que la empresa alemana Grupo KOSTAL tiene en Sentmenat (Barcelona) se puso en contacto con el programa Incorpora Salud Mental y solicitó asesoramiento para tratar la situación de un trabajador que hoy sigue en plantilla y cuenta con 20 años de antigüedad. “La experiencia fue muy positiva, sobre todo porque el técnico del programa no se centró únicamente en la atención al trabajador, sino que hizo extensivo el apoyo y el asesoramiento a sus responsables y compañeros”, explica Eva García, responsable de Relaciones laborales y Agente de Igualdad de KOSTAL España.
García destaca que el compromiso activo con la integración laboral de las personas con necesidades de apoyo específicas y especializadas en el terreno de la salud mental debería ser una práctica habitual en todas las empresas. “Son personas que con el seguimiento y apoyo adecuado pueden ser igual de efectivas en su puesto de trabajo. Además, es un tema de responsabilidad social, no podemos perder de vista que cualquier de nosotros podría verse en esta situación en un futuro”, argumenta en alusión a las últimas estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), según las cuales una de cada cuatro personas sufrirá algún trastorno mental a lo largo de su vida.
El asesoramiento de Kostal se completó con el diseño de un protocolo de actuación a seguir en caso de que se produzcan nuevas situaciones que requieran de apoyo específico y especializado.
Reforzar la empleabilidad de los colectivos vulnerables
Con este programa, la Obra Social “la Caixa” da un paso adelante en una de las líneas de actuación prioritarias para la entidad, aumentar las posibilidades de incorporación al mercado laboral de las personas en riesgo de exclusión o situación de vulnerabilidad.
Desde el lanzamiento en el año 2006 del programa Incorpora, la entidad ha ido ampliando los colectivos en riesgo de exclusión a los que se dirige y entre los que se cuentan personas con discapacidad, parados de larga duración, ex reclusas, jóvenes en riesgo de exclusión, inmigrantes y mujeres víctimas de violencia de género.
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