Palafrugell (Girona), 05 de octubre de 2015 / Cartas al Director / José Morales Martín
Castelldefels, Cuenca y Arnilla son solo tres de los lugares en los que durante este verano han fallecido asesinados mujeres y niños a manos de sus maridos, ex maridos, ex novios y padres. Negar la evidencia es ponerse una venda en los ojos y no querer ver que el odio y la frustración que se desencadena como consecuencia de fracasos amorosos están alcanzando niveles de violencia contra las mujeres que son intolerables.
Es ingenuo pensar que la normativa legal contra la violencia doméstica, de género la llaman algunos, o como quiera llamarse, resolverá los casos. La ley penal es indispensable, pero no es suficiente. La educación debe insistir en la igualdad esencial entre hombre y mujer, tanto como debe insistir en la formación de los afectos y el respeto escrupuloso a la integridad y dignidad del otro. La mujer no es un objeto de libre disposición. Y esto, ayer y hoy, sigue siendo un problema.
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