Girona (Cataluña - España), 01 de enero de 2016 / Cartas al Director / Jesús Domingo Martínez
Conmocionados aún por lo sucedido en París el 13 de noviembre y unidos en oración y solidaridad al pueblo francés, es el momento de preguntarnos y ahora qué, en qué van a cambiar nuestras vidas después de estos nuevos zarpazos del terrorismo yihadista que nos sigue amenazando a todos. Tanta barbarie nos deja consternados y nos hace preguntarnos cómo el corazón del hombre puede idear y realizar actos tan horribles.
El Papa nos ha vuelto a recordar que tenemos que ser firmes en la condena, que el camino de la violencia y del odio no resuelve los problemas de la humanidad y que utilizar el nombre de Dios para justificarlo es una blasfemia. Desde esa convicción, y con la esperanza siempre puesta en el Señor, que siempre está a nuestro lado, también en los momentos de prueba, hemos de dar una respuesta.
Como han afirmado los obispos europeos, un salvajismo así exige una respuesta del mundo civilizado; una respuesta que en ningún caso puede ser semejante a la que darían los bárbaros, pero que necesita mucha generosidad, discernimiento y trabajo en común. Es vital que nos presentemos unidos, en todos los sentidos, frente a la amenaza terrorista, y es de esperar que el mundo, y en particular Europa, sea capaz de ofrecer la respuesta necesaria al gran desafío que se nos plantea. Nuestra seguridad está en cuestión, al igual que nuestra libertad para vivir unidos en paz. Empecemos con buen pie el nuevo año poniendo de mi parte, tú de la tuya, lo que corresponda.
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