Valle de Agaete (Gran Canaria - Canarias), 22 de febrero de 2016 / Artículo de Opinión / Fernando Báez (Sacerdote).
... exactamente en la tapa de refrigerador, por donde se le echaba agua al motor caliente, que el adorno, -recuerdo ver- se trataba de unos cuernos hacia atrás de una cabra de plata o acero, ¡todo un muy buen “adorno”!, por cuanto simbolismo representaba en el coche: una vez más la omnipresente cabra en otros tiempos, que adornaba y era como un estímulo de esperanza, saberse llevado o guiado por tal animal, que también en el ánimo ello producía, y no como al presente en el cabildo que es todo un elemento animal a de desaparecer de las islas, cuando las islas son tan de ellas como nuestras, dado que fueron sus primera propietarias y dueñas, y hasta el presente: maridaje o hermanamiento ha sido posible, ¿por qué no ha de seguir así, más allá del tiempo?; ¿sería esto lo mismo sin ellas?
Entonces, se las lucía cual emblema o intención, cual comparación e idealización, ahora por el vil metal que corrompe, nada importa a una institución caduca largamente centenaria y venida de atrás, quiere acabar con lo que ha sido y es santo y seña de una cultura, de una Historia, de una simbiosis tal, que no se entiende uno sin ellas, y sin ellas estas islas o/y tierra. Sin embargo seguimos viendo cómo en tiempos pasados, no se hacía asco ni desprecio de la cabra sino que aún en los avances automovilísticos, la mismísima cabra, con sus cuernos, estaba presente, simbolizando fuerza, poder, riqueza, bravura, seguridad, etc., etc., en la parte más visible y delantera de un coche.
El Padre Báez, recodando distintos lugares de la cabra, más allá del terreno que les es propio y connatural, cuando era orgullo y satisfacción comparar el avance y la progresía de la técnica en un animal que lo supera todo: clima, terreno, adversidad, etc., etc.
“... banda de insolentes que atentan contra la vida...” (salmo 85).
Son testimonios, de las grabaciones televisivas, más allá de estos comentarios, en los que también sale además de la pinocha, las tabaibas, los perros..., ¡las cabras (mañana voy a grabar a 6.000 de ellas)!:
Estimado Padre Báez,
Me gustó mucho el programa ayer Domingo que vi del Almogarén de Amurga. Parece que estabas subiendo al Monte Sinaí, en busca de las Tablas de la Ley como Moisés, y en algunos momentos te parecías a él (sin barba, ¡claro!).
Hasta el viento lo llevaste contigo, como tu decías el Ruach, el Espíritu de Dios se movilizó en la Montana, ¡que señal más bonita del Cielo!
Significado profundo para el que sepa interpretar los símbolos que sigue a una persona que está conectada con el Cielo y la Tierra. Impecable tus lecciones de la cultura Guanche y aborigen.
Espero que subas al Roque Nublo y al Bentaiga para que hagas un programa subiendo a esos Lugares Sagrados.
Un saludo cordial:
Francisco A.
... exactamente en la tapa de refrigerador, por donde se le echaba agua al motor caliente, que el adorno, -recuerdo ver- se trataba de unos cuernos hacia atrás de una cabra de plata o acero, ¡todo un muy buen “adorno”!, por cuanto simbolismo representaba en el coche: una vez más la omnipresente cabra en otros tiempos, que adornaba y era como un estímulo de esperanza, saberse llevado o guiado por tal animal, que también en el ánimo ello producía, y no como al presente en el cabildo que es todo un elemento animal a de desaparecer de las islas, cuando las islas son tan de ellas como nuestras, dado que fueron sus primera propietarias y dueñas, y hasta el presente: maridaje o hermanamiento ha sido posible, ¿por qué no ha de seguir así, más allá del tiempo?; ¿sería esto lo mismo sin ellas?
Entonces, se las lucía cual emblema o intención, cual comparación e idealización, ahora por el vil metal que corrompe, nada importa a una institución caduca largamente centenaria y venida de atrás, quiere acabar con lo que ha sido y es santo y seña de una cultura, de una Historia, de una simbiosis tal, que no se entiende uno sin ellas, y sin ellas estas islas o/y tierra. Sin embargo seguimos viendo cómo en tiempos pasados, no se hacía asco ni desprecio de la cabra sino que aún en los avances automovilísticos, la mismísima cabra, con sus cuernos, estaba presente, simbolizando fuerza, poder, riqueza, bravura, seguridad, etc., etc., en la parte más visible y delantera de un coche.
El Padre Báez, recodando distintos lugares de la cabra, más allá del terreno que les es propio y connatural, cuando era orgullo y satisfacción comparar el avance y la progresía de la técnica en un animal que lo supera todo: clima, terreno, adversidad, etc., etc.
“... banda de insolentes que atentan contra la vida...” (salmo 85).
Son testimonios, de las grabaciones televisivas, más allá de estos comentarios, en los que también sale además de la pinocha, las tabaibas, los perros..., ¡las cabras (mañana voy a grabar a 6.000 de ellas)!:
Estimado Padre Báez,
Me gustó mucho el programa ayer Domingo que vi del Almogarén de Amurga. Parece que estabas subiendo al Monte Sinaí, en busca de las Tablas de la Ley como Moisés, y en algunos momentos te parecías a él (sin barba, ¡claro!).
Hasta el viento lo llevaste contigo, como tu decías el Ruach, el Espíritu de Dios se movilizó en la Montana, ¡que señal más bonita del Cielo!
Significado profundo para el que sepa interpretar los símbolos que sigue a una persona que está conectada con el Cielo y la Tierra. Impecable tus lecciones de la cultura Guanche y aborigen.
Espero que subas al Roque Nublo y al Bentaiga para que hagas un programa subiendo a esos Lugares Sagrados.
Un saludo cordial:
Francisco A.
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