... el ente insular, o institución que decidió acabar con las cabras, dejándolas heridas, aún estando preñadas, y sin madres a las crías o baifit@s, es una madre teresa de Calcuta para las otras cabras -como si no fueran del mismo género unas (las libres) y otras, (las tabuladas o en explotaciones, como les gustan decir, hablando con propiedad académica, aunque la gente del campo ni se enteren de lo que quieren decir); pues, que a unas a tiros de rifles y a las otras en confortables coches y almohadones, a la hora de trasladarlas, y si no, ¡multa que te pego, cabrero insensible para con la delicadeza con la que hay que tratar al ganado cáprico o caprino!
Pues, que te dan un cursillo (curso, no), un cursillo, para que tengas en cuenta las condiciones de bienestar de las cabras -y otros animales- si los transportas al matadero para comértelo o vender su carne, que: en seis horas de clases, compartidas en dos días (¡ya pudieran darlas todas juntas y ahorrar en coche el dinero que no se tiene!, pero ¡quiá!, que no más de 20 alumnos, y hasta el 25 de este mes la inscripción, que en la granja de agricultura experimental de bañaderos (arucas), los días 4 y 5 de mayo -y luego digan que no colaboro-, un profesor de la universidad, dará tales clases de comodidad para los animales que se van a matar. ¿Cabe mayor hipocresía?, ¿acaso tuvieron en cuenta esto los de anda-Lucía los días 8 y 9 del presente, cuando el paripé que hicieron en Tirma?
Total, que dado el altísimo nivel de conferencia-charla-lección-o lo que sea, se seleccionará el alumnado. Y para no seguir, me estoy poniendo nervioso, no les digo el coste del curso-cursillo, o lo que sea esta comedia.
El Padre Báez, que les descubre el amor que tiene los del ente insular o institución por las cabras, si las vas a matar o trasladar de lugar. ¡Desde luego, lo que hay que leer!; y, ¿quién dijo la Casa Palacio maltrata y hace sufrir a los animalitos de Dios?
“... he quedado defraudado...” (salmo 30).
Expertos que apoyan a los matacabras: Hoy, he leído con estupor en diferentes medios, que hay unos 50 “expertos” que apoyan el matar cabras guaniles, el motivo de estos “expertos” cara a la ciudadanía, es defender el trabajo de asesinato masivo que está haciendo el Cabildo de Gran Canaria, concretamente el cuarto ambiente, porque no llegan ni a medio. No sé cuantos han recibido dinero por defender esta tesis criminal, ni siquiera cuantos han cobrado por hacer este menú de valoraciones sin contar con los que no apoyamos tan impopular medida, pero yo; gratuitamente y cerrándome más puertas, -si es que se pueden cerrar más puertas en mi tierra-, en cuestión laboral por decir lo que pienso, vuelvo a dar mi opinión de entendido: ¡Las cabras no amenazan al ecosistema!
Desde la etapa de invasión en Canarias, los que mataban la biodiversidad han sido los que llegaron con la cruz en una mano y la espada en la otra, violando, esclavizando, matando,… acabando con flora y fauna, fuera endémica o no. A día de hoy, siguen las élites del poder político y económico acabando con los pocos espacios verdes, acotando a la flora y fauna, cercando y secando los campos de cultivo, son ellos los especuladores del suelo en Canarias, los que pagan con nuestro dinero estudios favorables a sus intereses, ellos son, los mal llamados “animales racionales” los que desplazan y destruyen nuestro ecosistema.
Adquirí el título de Técnico en Medioambiente desde hace ya bastante tiempo y durante muchos años impartí clases de sensibilización medioambiental en diferentes centros de formación, además de participar en asociaciones ecológicas. No me voy a denominar experto, pero si un entendido en la materia, además de que no hace falta ser un experto para saber que esto es un vil y alevoso asesinato colectivo. Además, el abandono de las cabras heridas y muertas, por parte del Cabildo, “expertos” y de los mercenarios españoles que ejecutan sus deseos, no tiene nada de ecológico, es de sentido común y la gran mayoría de la ciudadanía está reclamando su derecho a ser escuchada.
Siempre quedará claro que la vida animal está antes que futuras plantaciones de ensangrentada hierba, máxime cuando esa hierba huele a dinero europeo y las pobres cabras llevan en su tierra más tiempo que algunos de estos personajes. Dejen de seguir especulando con la tierra, destruyéndola con aberraciones de hierro, cemento y ladrillo, para que todas las especies vivamos en armonía sin esperar un tiro en la cabeza, sólo porque algunos animales necesitan comer en su hábitat natural. (P. J. B.).
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