Girona (Cataluña - España), 17 de mayo de 2016 / Cartas al Director / Enric Barrull Casals
Cada vez suena con más fuerza la voz de alarma sobre las graves consecuencias del parón demográfico español, paralelo al crecimiento del número de pensionistas y la disolución del valor de la familia. Ahora es el Instituto de Política Familiar el que ha hecho público un alarmante informe que apunta que este problema no preocupa a nuestros políticos. España necesita añadir más de setecientos nacimientos diarios para equilibrar el número de los que fallecen, más los que llegan a la edad de jubilación. En la actualidad, son menos de dos trabajadores los que soportan con sus cuotas a la seguridad social el pago de la pensión de un jubilado.
La consecuencia directa sería la quiebra de nuestro sistema de bienestar, que hasta ahora ha sido posible, sobre todo, gracias a la consideración social que ha tenido la familia, en cuyo seno se garantiza una verdadera transmisión de valores. Es necesario acabar con las incertidumbres que genera la crisis económica, pero la respuesta a este problema pasa por una política decidida de apoyo a la institución familiar.
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