... obediencia a mis padres, a mis superiores, al profesor, a la ley, al Decálogo (si eres religioso), a la Iglesia (si eres católico), al superior si eres religioso (con votos), al Obispo si eres sacerdote, a tu conciencia antes que a nada ni a nadie, a las normas de tráfico, obedecer sí, pero ¿obediencia al partido político?, ¿Qué pasa?, ¿tiene la consideración divina el Partido político?; ser miembro o simpatizante, aspirante a un puesto o cargo, te obliga a una obediencia ciega, aunque sea pura corrupción?, ¡aunque te manden a matar cabras? ¡Qué baja ha caído la virtud de la obediencia cuando se oye al candidato: “¡yo..., yo... lo que mande y diga el Partido!”, ¡Ni que el partido sea Dios! Cuando la obediencia se ha de ajustar a la verdad, a lo justo, a lo moral, a lo ético (que es lo mismo que moral [no confundir con el apellido Moral-es]).
Que de Jesús se dice lo mejor que: fue obediente, hasta la muerte, obediente al Padre, pero ¿obedecer a un partido político, corrupto, ladrón, mentiroso, criminal, asesino, desnortado, descerebrado, lujurioso, maniaco, obseso, amoral, contrario a moral y ética, defensores de absurdos y ordenando disparates, con un fondo sin fondo, con una meta sin dirección, sin amor al servicio sino a servirse, ¿y le tengo que obedecer y equipararlo a la promesa, obediencia religiosa, o juramento sacramental, o al empresario, al jefe, al profesor (antes), etc.? Yo (un servidor), perteneciera a un partido político que me mandara a hacer algo malo, ruin, algo que no acepto porque veo es injusto, ¿y le tengo que obedecer?; ¡eso es borreguismo, despersonalización, sustitución idolátrica!
La obediencia al partido sí, siempre y cuando se ajuste a principios, a verdad, a justicia... ¡que nunca se es más libre que cuando se promete, jura o profesa obediencia, libremente!, pero a una Regla, a un ministerio, a una consagración...; pero a, ¿a un chorizo?, ¿a un delincuente? ¿A alguien sin moral, ni principios? ¿Que me manden matar cabras, y obedezca?, ¡le pego antes un tiro a... (al aire)! No, que está mandado no matar, pero está mandado obedecer cuando lo que se manda es lo correcto, lo que se debe hacer, lo que la conciencia no rechaza, lo que los principios, normas, tradición, etc., es de obedecer, pero... ¿obediencia de partido? ¡Así nos luce el pelo!
El Padre Báez, que obedece a Dios, a su Obispo, a la Iglesia, a mis superiores, a un niño si me manda algo que no contradiga ley alguna, y no sea un capricho o majadería. Es decir, ante -ejemplo- la orden de matar las cabras, ante eso nadie debiera obedecer; todo el mundo debiera plantarse, mas cuando la voz del pueblo, según dicho o refrán, aforismo o verdad, la voz del pueblo, es la voz de Dios, y no la de un jefe, mandamás, presidente o lo que sea, que ha perdido la cabeza, que obsesionado por el dinero, te manda matar cabras, ¡ni obediencia ni nada!; ¡eso, no se obedece!, y es virtud. Un ejemplo, con pregunta: ¿Creen ustedes mis amigos, que tiene potestad el presidente de algo, mandar a un alcalde de pueblo o ciudad, cortar la señal de un determinado canal televisivo (porque en él sale un servidor), y está obligado el alcalde culo chiche del carajo, a obedecer al dictador, y fastidiar a su gran población, sin ver el programa número uno, que arrasa, y nunca tuvo igual? Respondan mis amigos, si el alcalde: ¿debe obedecer o no?, ¿qué es lo correcto hacer en este caso?, ¿no queda deslegitimado ese tal alcalde y quien lo manda, a “obedecer” según obediencia de partido? Reflexione, y no se olvide se acercan las elecciones o votaciones; tampoco está obligado ir a votar, y si lo hace, ¿va usted a votar a los que según salgan de las urnas, vienen a matar nuestras cabras libres?
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Toda vez es un asiduo en sus breves comentarios, es como si fuera una prolongación de mi mismo, no en vano fue mi profesor de Religión en el Instituto Pérez Galdós, donde hice el Bachillerato, hablando de la virtud de la obediencia, viene como anillo al dedo:
Creo que debemos mejorar en la Virtud, y EDUCACIÓN, DE SABER ESCUCHAR MÁS Y MEJOR A LOS DEMÁS... por lo de Don Germán😳
Juan Antonio Santamaría Alonso – Sacerdote.
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