Baños de Valdearados (Burgos), 28 de agosto de 2016 / Cartas al Director / Domingo Martínez Madrid
A medida que se acerca el momento de la sesión de investidura se acentúan los análisis sobre quien tendrá la culpa del previsible fracaso del candidato a la presidencia del Gobierno. Resulta obvio que, de no producirse un cambio radical en la postura que mantiene Pedro Sánchez, la culpa del bloqueo recaerá sobre el Partido Socialista con el agravante de que ni siquiera ha ofrecido una alternativa o unas condiciones previas para facilitar la formación de un gobierno y evitar así la repetición de las elecciones. Siendo esto verdad, no puede perderse de vista que, en realidad, el último responsable de que no haya gobierno en España será el cuerpo electoral que ha votado en dos ocasiones una confusa variedad de opciones.
Los partidos en liza se consuelan diciendo que los votantes han querido precisamente esa diversidad para obligarlos a pactar y, por tanto, a cambiar sustancialmente sus programas electorales. Lo que ocurre es que, en el caso concreto del PSOE, su programa ha sido pensado, esencialmente, en los intereses ideológicos del partido, de manera que lo hace incompatible con cualquier tipo de acuerdo con lo que llama despectivamente “la derecha”.
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