Telde (Gran Canaria), 1 de septiembre de 2017 / Artículo de opinión / Juan Antonio Peña (*)
Hace justo una semana, en otro acto festivo del municipio de Telde, me encontré con Julia Martel, presidenta del Patronato “La Sal” de La Garita. Como siempre, sentí una alegría indescriptible, fruto de recuerdos imborrables y que solo ella conoce de cerca. Nada más verme, abrió su bolso y me dio un programa de las fiestas de su querido barrio. En ese momento, y durante un tiempo, estuve reflexionando sobre el compromiso impagable de Julia Martel con su barrio.
Tener el programa de fiestas de La Garita nuevamente en mis manos es la satisfacción de saber que la semilla que plantaron hombres y mujeres, hace hoy 20 años, continúa imparable frente a adversidades. El trabajo comunitario no es fácil y en cuestión de fastos, mucho menos. Pero también estoy convencido de que “con esfuerzo hay victoria”, como diría Mahatma Gandhi, y ese esfuerzo es lo que le ha llevado a La Garita a celebrar sus vigésimas fiestas.
Y es que La Garita no pudo tener mejor comienzo de sus fiestas en honor al Sagrado Corazón de Jesús que la reunión, de hace 20 años, de aquellos cuarenta vecinos y vecinas del barrio, que de forma abierta y libre, decidieron crear una comisión de fiestas. Nada fue casual, tuvo que ser en ese momento, con un tiempo paciente, para tener un tejido fuerte y unos buenos mimbres para crear la base de una fiestas ejemplares en el municipio.
La inquietud por las fiestas, la unión de la parte religiosa y festiva del barrio, no pudo tener un mejor aliado que mi querido amigo Paco Bello. El barrio no contemplaba la necesidad de los días festivos sin su vínculo religioso. Y de ahí el origen y el espíritu de esas reuniones, llegadas a nuestros días gracias a las actas del Patronato. Paco Bello fue impulsor, cómplice y uno más en el trabajo anual de las fiestas de La Garita.
Desde esos inicios hasta la actualidad, los vecinos y vecinas de La Garita han recibido con los brazos abiertos al resto de la ciudadanía teldense o grancanaria que ha querido participar de sus fiestas. Por su parte, el Patronato “La Sal” ha sabido hacer ese intercambio tan necesario como es el intergeneracional, entre jóvenes y mayores, dando cabida en sus programas de actos a eventos de todo tipo y clase, adaptándose a los nuevos tiempos.
También han sabido sortear los obstáculos encontrados o interpuestos en muchas ocasiones. Pero son en esos momentos, cuando han demostrado más trabajo, dedicación y unión. Pero hoy estamos para celebrar, y no para lamentar.
Concluyo con la necesaria reflexión de estos 20 años de fiestas populares, sus orígenes y lo que han supuesto para todos y todas. También con el reconocimiento más que merecido al Patronato “La Sal”, a sus fundadores, a los que han participado durante todos estos años y a los actuales. Que nada ni nadie les limiten sus fuerzas, sus ilusiones y sus ganas por trabajar por una sociedad mayoritariamente agradecida.
Y estas últimas líneas para Julia Martel. Se de primera mano, que el Patronato “La Sal” no es solo fiestas y jolgorio. Detrás de toda esta fachada existe un trabajo comprometido, una ayuda social que pocos conocen, y un corazón solidario como pocos. ¡Qué el sentimiento que nos une siempre te acompañe!
(*) concejal y portavoz de Unidos por Gran Canaria – Ciuca en Telde
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