El juego que se ha iniciado en el ayuntamiento santacrucero, donde se pretende que alguna calle o plaza de la capital adopte el nombre del abogado canario está destapando las formas de hacer de cada grupo político del municipio.
Santa Cruz de Tenerife (Canarias), 31 de mayo de 2013 / Opinión / Gabinete de Prensa
El miedo a hacer constar su trayectoria política de quienes llevan a cabo la propuesta y su exposición de motivos habla directamente de sus socios de gobierno y el resto de los partidos con representación en el consistorio. Y el protagonismo histórico de la figura de Cubillo no va a ser ignorada eternamente y, entonces, la historia juzgará a quienes hayan participado de ocultar la realidad canaria. Por lo que desde ANC, las posiciones en contra de esta iniciativa se consideran una nueva burla a la inteligencia de este Pueblo y otro intento de mentir sobre la historia del archipiélago.
Por otro lado, el día que se empiece a hacer justicia con nuestros protagonistas históricos, insistimos en que el reparto justo ha de alcanzar a un nutrido grupo de patriotas que se involucraron fuertemente en el movimiento de liberación nacional de la época de Cubillo, limpiando los nombres de aquellos y exaltando sus figuras como corresponde desde la óptica Canaria.
Al margen queda el reconocimiento personal y profesional de Antonio Cubillo, por el que se acaparan méritos más que suficientes para recordar su persona como un Canario especial, frente a otros que hoy son recordados en nuestras calles y plazas, con antecedentes como los del General Weyler que es conocido en otros países como "carnicero Weyler" por los asesinatos masivos y campos de concentración, donde moría la gente de inanición, mientras se pone en duda "la conveniencia" de Cubillo, que fue reconocido por los tribunales del propio estado español como una víctima de terrorismo de estado, ejercido por los herederos de quienes hoy discutirían el hecho de que merece un lugar de honor como recordatorio a su amplia labor.