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sábado, 12 de abril de 2014

LAS DENOMINACIONES DE ORIGEN DE CANARIAS: DO VINOS DE GRAN CANARIA (1)

Las Palmas de GC (Canarias), 12 de abril de 2014 / Artículo de Opinión / Alfonso J. López Torres (*)

“Anoche pude besarte después de pedir perdón a tu fiel madera amiga y la barrica tendida te dejó salir a chorros; y bien vi que hasta el cachorro sentía tu sangre viva; como se me estremeció la garganta a tu sabor, regándome los adentros con tu agradable calor. Como parra aquí nacida, no eres del sur ni del norte, del centro de Gran Canaria, eres vinillo del Monte.” Coplas Populares del Vino del Monte.

La historia del viñedo y el vino en la Isla de Gran Canaria forma parte de la controversia entre eruditos. La Isla parece que fue habitada en siglo I a.C., según el texto de Plinio el Viejo en su famosa “Naturalis Historia”, donde relata la expedición mandada por Juba II, rey títere de Mauritania puesto por el Imperio Romano, y es posible que con ella llegaran las vides. Pero lo que es cierto es que con los conquistadores españoles, a partir del siglo XV, los viñedos pasaron a formar parte de su paisaje.

Por hacer un breve repaso de las Denominaciones de Origen en la Isla de Gran Canaria, decir que en un tiempo coexistieron y existieron dos Denominaciones de Origen. 

Una era que la Denominación de Origen del Monte Lentiscal, que amparaba el Espacio Protegido de Tafira y Monumento Natural de Bandama, autorizada mediante Orden de la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación del Gobierno de Canarias de 4 de Noviembre de 1.999 y que fue constituida  a partir de la iniciativa de  la Asociación de Viticultores y Bodegueros del “Monte Lentiscal“ con el fin de salvaguardar sus propios intereses y preservar el nombre y tipicidad de sus vinos, circunscribiendo su actuación a la poligonal de dichos Espacios, lo que les  llevó, en muy breve plazo, en la solicitud de la denominación de origen para la comarca la cual cumplió con creces las expectativas en ella puesta.

La otra Denominación de Origen era la  de Gran Canaria, también promovida por la iniciativa de los propios productores, y que se creó a partir de la Asociación de Viticultores y Bodegueros de “Gran Canaria“, con idénticos fines y objetivos que la anterior y circunscribiendo su actuación a la totalidad del ámbito insular, culminando así mismo, en la solicitud de la denominación de origen para la isla de Gran Canaria, excepción hecha del Monte Lentiscal,  que se autorizó por Orden de la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación del Gobierno de Canarias de 5 de Mayo de 2.000.

En ambas se destaca que “es la vía más adecuada para mejorar la ordenación de la oferta y calidad de los vinos, y al mismo tiempo, salvaguardar sus caracteres diferenciales”.

Pero la propia dinámica desarrollista del sector pronto hace entender a bastantes productores la paradoja que supone mantener, en una isla con las especificidades que posee Gran Canaria, dos Denominaciones de Origen distintas con idénticos objetivos, lo cual lleva, en el año 2.004, al inicio del proceso unificador de ambas, proceso que culmina, por solicitud de las partes, en la Orden de la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación del Gobierno de Canarias de 23 de Diciembre de 2.005 por la que se unifican las Denominaciones de Origen "Gran Canaria" y "Monte Lentiscal" y sus reglamentos, salvaguardando como nombre común el de “Gran Canaria“ y reconociendo al “Monte Lentiscal“ como una comarca específica enmarcada dentro de ella. 

La zona de producción de los vinos amparados por la Denominación de Origen Gran Canaria se extiende a la totalidad de la Isla, contando en este momento con una superficie total  de unas 250 hectáreas, 230 de ellas registradas. Sus viñedos se encuentran en parcelas pequeñas de suelo agrícola, sobre todo de las medianías y cumbres de la Isla, compartiendo espacio en muchos casos con otros cultivos.

La forma de cultivo en la isla es muy diversa e irregular. La variedad más usada es la Negra Común (Listán Negro), mayoritaria en toda la comarca, seguida por la Tintilla, Vijariego Negra, Negramoll y Castellana. Entre las variedades blancas, destaca de forma mayoritaria  la Moscatel de Alejandría, seguida de Vijariego, Pedro Jiménez, Listán Blanco, Malvasía, Gual, Albillo, Marmajuelo y Forastera Blanca.

Los vinos tintos elaborados en la isla son fundamentalmente para consumo joven, de color rojo intenso, de excelentes aromas primarios y gran personalidad. En cuanto a los blancos, se elaboran vinos jóvenes, muy aromáticos, ligeros y equilibrados

Canarias. Latitud de vida.





(*) @AlfonsoJLT
Secretario Federal CCN

Director Instituto Canario Calidad Agroalimentaria (ICCA)