Girona (Cataluña), 29 de marzo de 2014 / Cartas al Director / Enric Barrull Casals
Recordando que hace unos días celebrábamos el Día del Seminario, este año con un lema muy en consonancia con el magisterio del Papa Francisco: “La alegría de anunciar el Evangelio”, me ha parecido hacer una reflexión sobre el tema. Todo parte del convencimiento de que decir sí a los planes que Dios tiene para cada persona, es el camino seguro para una vida plena y feliz. Pero hace falta también valor para seguir la llamada de Dios... Si quienes optan por casarse y formar una familia se encuentran hoy con muy serias dificultades, qué decir de los jóvenes con vocación sacerdotal, que a menudo deben vencer enormes incomprensiones y resistencias en su entorno.
Por eso es importante la implicación de toda la comunidad cristiana, comenzando por la oración por los futuros sacerdotes, que tanto necesita la Iglesia. Los últimos datos son buenos. Muestran que se ha superado la dura crisis de las últimas décadas y que existe una ligera pero estable tendencia al alza. Son datos para la esperanza, y son, especialmente hoy, datos para el agradecimiento a todos esos seminaristas que han tenido el coraje de ofrecer su vida entera a Dios y a los demás. Gracias y adelante.