Las irregularidades en el expediente
abierto a Francis Almeida y José Francisco Vargas llevan al letrado a tomar la
honorable decisión de presentar su dimisión
Canarias
(ESPAÑA), 12 DE SEPTIEMBRE DE 2014 / Deportes - Judo / Gabinete de Prensa.
La ‘caza de brujas’ iniciada en el judo canario ha tomado un sorprendente
rumbo. El Juez de Competición al cargo de la apertura del expediente
disciplinario a los técnicos y judokas grancanarios Francis Almeida y José
Francisco Cabrera Vargas ha presentado su dimisión, ante el cúmulo de
circunstancias irregulares que dificultaban su labor como órgano disciplinario.
En un gesto honorable, el letrado al que se le había
encargado que sancionara a los dos deportistas canarios ha optado por presentar
su renuncia oficial ante las contradicciones y anomalías existentes en este
procedimiento.
La utilización de los órganos disciplinarios con fines
partidistas y electorales ha acabado por hacer aflorar las carencias de una
estructura federativa que lleva veinte años con los mismos responsables (algún
miembro inclusive lleva 30 años ocupando cargo). Las irregularidades del
proceso electoral de 2010 (que concluyeron en una sentencia judicial) y la
cercanía de las elecciones, que deben finalizar antes del 31 de diciembre, son
la actualidad de un judo canario que aspira a dar un golpe de timón y cambiar
el rumbo tras las votaciones durante los próximos comicios.
La ausencia de proyecto deportivo y la inexistencia de
transparencia en la gestión federativa coloca a clubes y deportistas en la
disyuntiva de regenerarse a través de las urnas o morir. El judo canario está
estancado en el plano organizativo y la insatisfacción de los afiliados con los
responsables federativos es pública y notoria.
El desesperado intento por parte de los dirigentes
federativos de impedir que Francis Almeida y José Cabrera Vargas, del Judo Club
Furanca, pudiesen votar en las próximas elecciones y la dimisión del Juez Único
de Competición de la Federación Canaria de Judo, al que se le había encargado
que sancionara a los judokas canarios, es el ejemplo más claro de que la
estructura federativa adolece de graves problemas y que estos son el resultado
de veinte años con los mismos responsables federativos al frente. La necesidad
de un relevo federativo parece ser la única solución para un judo canario, que
a pesar de tener un gran potencial en el plano deportivo, está totalmente
desahuciado en el ámbito de la gestión organizativa y administrativa.