Girona (Cataluña - España), 8 de noviembre de 2015 / Cartas al Director / Jesús Domingo Martínez
De forma, y con palabras más explícitas, al hablar sobre la libertad –medida de la dignidad y de la grandeza del hombre-, Juan Pablo II ante la Asamblea de la ONU señaló:
“La libertad no es simplemente ausencia de tiranía o de opresión, ni es licencia para hacer todo lo que se quiera. La libertad posee una "lógica" interna que la cualifica y la ennoblece: está ordenada a la verdad y se realiza en la búsqueda y en el cumplimiento de la verdad. Separada de la verdad de la persona humana, la libertad decae en la vida individual en libertinaje y en la vida política, en la arbitrariedad de los más fuertes y en la arrogancia del poder. Por eso, lejos de ser una limitación o amenaza a la libertad, la referencia a la verdad sobre el hombre, -verdad que puede ser conocida universalmente gracias a la ley moral inscrita en el corazón de cada uno- es, en realidad, la garantía del futuro de la libertad.