Algunos agoreros del turismo de canarias y defensores a ultranza de la nueva ley de estancamiento turístico, hablaron el pasado fin de semana en la prensa de Gran Canaria de “tierra quemada” y de “debacle” en el sector si no se implementaba rápidamente la nueva ley.
Nada más lejos de la realidad. El pasado fue el mejor Mayo de nuestra historia turística.
Canarias recibió 4,3 millones de turistas internacionales hasta mayo, lo que supone 0,2% más respecto al mismo periodo de 2012, según la Encuesta de Movimientos Turísticos en Frontera (Frontur) difundida este viernes por el Ministerio de Industria, Energía y Turismo.
Por su parte, durante el pasado mes, hasta las islas llegaron 690.485 visitantes, cifra que supone una subida del 8,5% en comparación con el mismo mes del año pasado y un 11,9% más que el mes de abril.
Esto no quiere decir que haya que lanzar las campanas al vuelo, ni mucho menos, pero es significativo e indica que las cosas no marchan del todo mal para nuestra principal industria.
Lo que desde luego no podemos seguir haciendo es lo que hemos hecho en tiempos pasados, por ejemplo, mantener cerrado por desacuerdo entre las administraciones el Parador de Turismo de Tejeda en Gran Canaria durante quince años, esta simple acción nos ha generado una imagen muy negativa para el destino turístico de la isla, son muchos los turistas que pudieron ver durante ese largo periodo de tiempo, que la desidia y la dejadez han imperado sobre la acción y la cordura.
El turismo sigue funcionando en Canarias, lo que ahora tenemos que hacer es mejorar nuestro sistema enmendando lo que se ha hecho mal y conseguir mejores cotas de satisfacción de nuestra clientela y mejor productividad y empleo.
Las administraciones canarias con competencias en la materia, es decir Los Cabildos y el Gobierno de Canarias, sobre todo, deben hacer un esfuerzo de dialogo hasta alcanzar un consenso en algunas cuestiones que son muy importantes y prioritarias.
1.- Desenredar la madeja legal que se ha ido creando y que perjudica notablemente la agilidad y seguridad jurídica de cualquier proyecto ya sea nuevo o de renovación en el sector.
2.- Retocar la nueva ley turística en función de lo que estime cada isla. (Dentro de un orden)