Las Palmas de Gran Canaria (Canarias), 18 de enero de 2016 / Artículo de Opinión / Juan Carlos Cárdenes (*) ASSOPRESS
El Parlamento es una Cámara de debates políticos de donde emanan las Leyes y es un lugar donde se deben respetar las formas y buenos modales a pesar de que con frecuencia tienen lugar apasionados debates.
La sesión inicial fue una jornada lúdica, no me parece mal, al contrario, tampoco me parece mal que una diputada lleve a su hijo al hemiciclo para poner de manifiesto un grave problema social, pero solo el primer día.
Me hubiera parecido bien que una orquesta toque algo apropiado en esa ceremonia festiva, digo festiva, como puede ser la Novena de Beethoven, pero si me parece muy mal que no sea una orquesta sino una parranda. Los españoles no hemos votado un circo, queremos un Parlamento, en esta ocasión parece que va a ser una Cámara innovadora, reformista y propensa al pacto.
Creo también que una vestimenta apropiada es de rigor, en el fondo importan las formas, los jueces, banqueros y diputados, y otros muchos oficios, deben vestir traje, no pueden ir en pantalones cortos y chanclas. En ese caso la forma desdice del cargo o función.
Un albañil debe llevar casco y arnés de sujeción, si no lo hace se le sanciona por incumplir las normas y a nadie le parece mal, a un diputado le corresponde ir de traje, afeitado y usar un lenguaje apropiado y tener buenos modales. Desdice de esa cualidad de diputado una persona que vaya escupiendo, blasfemando y soltando exabruptos por doquier y comportándose como un atorrante o un navajero.
El acto de la toma de posesión, necesario para la perfección del cargo, es una formalidad legal que exige promesa o juramento, es por lo tanto, una exigencia, no es libre, está así legislado y es una formalidad que se debe observar.
Esperemos que el Parlamento o Congreso sea una Cámara con mínimos modales y formas para ejemplo de todos porque sencillamente sus Señorías nos representan a todos.
(*) Licenciado en Derecho. MBA. Master ULPGC