Girona. (Cataluña), 03 de marzo de 2015 / Cartas al Director / Pedro J. Piqueras Ibáñez
Los partidos políticos empiezan a presentar sus programas económicos, en su lógico esfuerzo por atraerse el mayor número posible de votantes. Hace unos días le tocó el turno a “Ciudadanos”, uno de los partidos emergentes que se sitúa en el centro-centro, sin límites en los extremos y que, hasta ahora, había restringido su presencia en la comunidad catalana. El gran mérito de “Ciudadanos” ha consistido en haber sabido asumir la españolidad de Cataluña por encima de la ofensiva separatista, dando la impresión de ir más allá que el propio Gobierno, sobre el que recae, como primera obligación, la defensa de la Constitución como garantía de estabilidad y convivencia.
Pero ahora, al abrirse a toda la ciudadanía española, el partido de Albert Rivera, se ha ocupado de darle a su estructura una base económica que parece una economía como si fuese de plastilina y la Hacienda pública no es una inagotable caja de caudales de la que se puede sacar dinero a gusto de cada partido.