Madrid, 4 de mayo de 2011 |Sanidad | Gabinete de Prensa.
Un equipo de científicos españoles constituido por tres Grupos de Investigación que forman parte de la Red de Investigación de Enfermedades Tropicales (RICET) del Instituto de Salud Carlos III perteneciente al Ministerio de Ciencia e Innovación, acaba de ser reconocido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como “Centro Colaborador de la OMS” (WHO Collaborating Centre), es decir, único centro mundial con competencias y experiencia reconocidas sobre la Fascioliasis.
Esta es una enfermedad que afecta a 17 millones de personas (sobre todo a niños y mujeres) y más de 180 millones de personas están en situación de alto riesgo de contraerla. Es una de las llamadas enfermedades “subdesarrollantes” o “depauperantes”, pues las comunidades que la padecen y especialmente los niños que la contraen desde pequeños es muy difícil que puedan desarrollarse de modo normal. Todo ello ha llevado a la OMS a incluirla como prioritaria dentro de su Programa de Lucha y Control de las enfermedades tropicales olvidadas.
El nuevo centro será dirigido por el investigador de la RICET Prof. Santiago Mas-Coma, que también asumirá la responsabilidad sobre los aspectos de epidemiología y control, además de por la Dra. María Dolores Bargues especialista en transmisión y vectores y la Dra. María Adela Valero responsable del diagnóstico e inmunopatología.
La Fascioliasis es una de esas enfermedades infecciosas tradicionalmente desatendidas u olvidadas, pero que en los últimos años la OMS ha visto que representa un problema a nivel mundial, pasando a incluirla en la lista de prioridades para este milenio por parte de Naciones Unidas. Causada por un parásito del grupo de los helmintos que se desarrolla dentro del hígado y debilita su función, este parásito se transmite a través de pequeños caracoles de agua dulce, cuya distribución mundial explica la problemática originada por esta enfermedad en todos los continentes, sobre todo en zonas rurales, aunque también en grandes ciudades.
El nombramiento de los investigadores de la RICET como Centro Colaborador de la OMS es debido a su amplia labor investigadora de 25 años sobre esta enfermedad y a la aportación de la participación colaborativa de varios grupos investigadores de la RICET y de países del medio tropical que presentan el problema. Ellos han demostrado la importancia de la Fascioliasis humana sobre la salud en los diferentes continentes, tanto en situaciones de epidemias como de grandes endemias. Sus resultados han sido publicados en las mejores revistas científicas internacionales. También es destacable su labor en la transferencia de conocimientos y tecnología a las autoridades sanitarias y responsables en salud de los países endémicos, así como diferentes organismos de Naciones Unidas.
Según el Prof. Agustín Benito Llanes, Coordinador Nacional de la RICET, “la notificación de un nuevo Centro Colaborador de la OMS para la prevención y el control de una nueva enfermedad olvidada, significa que la estrategia española en la prevención y lucha contra las enfermedades tropicales olvidadas que viene realizando la RICET está dando sus frutos a nivel internacional y hace que esta Red de Investigación se vea consolidada y sea reconocido el trabajo de una buena parte de sus investigadores”.
En España existen unos 400 casos humanos diagnosticados, la mayoría en zonas húmedas (Rioja, Salamanca, Norte de España) que es donde el caracol vector encuentra con más facilidad el medio para proliferar y la población consume más berro. Pero además la Fascioliasis también empieza a diagnosticarse en inmigrantes, esencialmente procedentes de Países Andinos. La Fascioliasis afecta también al ganado, causando elevadas pérdidas esencialmente en ovino y bovino, en toda España.
El impacto económico de la enfermedad en el campo veterinario ha sido siempre reconocido, pero no así en el de la salud humana. Sin embargo en los últimos 15 años se ha convertido en un serio problema mundial. Según la OMS se han pasado de 2.500 casos en todo el mundo en 1990 a una estimación global actual de 17 millones de personas afectadas y de 180 millones de personas en situación de alto riesgo de afección, sobre todo en América Latina, Europa, Africa y Asia. Esta emergencia tan evidente es debida al carácter de zoonosis (enfermedad de origen animal que también afecta a humanos) y a su componente de transmisión vectorial (los caracoles de agua dulce son invertebrados muy susceptibles a cambios climáticos y modificaciones del medio).
Fenómenos recientes inherentes al cambio climático (modificaciones en temperatura, pluviometría y eventos catastróficos como huracanes, inundaciones, etc.) y al cambio global (actuales facilidades para viajar incrementando migraciones-emigraciones humanas de unos continentes a otros, incrementos de transporte de mercancías, ganado y animales, etc.) han demostrado su gran influencia sobre numerosas enfermedades infecciosas de enorme importancia. Entre las más afectadas por estos cambios están las enfermedades infecciosas “desatendidas” u “olvidadas”, debido a la escasa atención que tradicionalmente han generado tanto en el mundo profesional de la sanidad como comercial médico-farmacéutico en los países desarrollados. Sin embargo, en los últimos años se ha visto que estas enfermedades infecciosas desatendidas representan en su conjunto un problema mundial superior al causado por las tres grandes: malaria, tuberculosis y SIDA.