Runrunes, 20 de Agosto de 2011 | Crónica | Simon Riveros.
Cuando ya el presidente Hugo Chávez y su ministro de finanzas Jorge Giordani (por cierto según las revistas especializadas el peor de Latinoamérica) acompañados del presidente del Banco Central, Nelson Merentes, confirmaron lo que se había filtrado a los medios días antes en cuanto al traslado de las reservas de oro y monetarias del país que estaban en Europa y Estados Unidos serán trasladadas a bancos de Rusia, China y Brasil, considero oportuno revisar este segmento de la historia española en 1936.
Recojo estas notas que detallan como los comunistas rusos encabezados por Josef Stalin se apropiaron del 72% de las reservas de oro de España que el gobierno republicano, asediado por los nacionales, había enviado a Moscú para evitar que esas 510 toneladas de oro cayeran en mano del ejército de los nacionales.
Tras el fin de la guerra civil española y ante la rogatoria española de que le devolvieran su oro la Unión Soviética solo les dijo que todo ese oro del Banco de España se lo quedarían (Que Tal?) como cobro por la ayuda militar prestada al bando republicano en la Guerra Civil (1936-39).
Septiembre de 1936. La Guerra Civil entre nacionales y republicanos se encontraba en sus inicios, tras el triunfo y derrota parcial del golpe de Estado del 17, 18 y 19 de julio. La Junta de Defensa, dirigida por el general cartagenero Miguel Cabanellas, gobernaba la zona nacional y Manuel Azaña era el jefe del Estado de la zona republicana. Las tropas nacionales avanzaban con rapidez en los frentes de guerra. Los sublevados habían conquistado en los tres primeros meses del conflicto Andalucía Occidental, el sur de Extremadura y Talavera. La toma de esta ciudad incrementaba el cerco de Madrid por las tropas nacionales.
El Gobierno republicano estaba liderado por Francisco Largo Caballero (PSOE). El 4 de septiembre de 1936, Largo Caballero reemplazó en la jefatura del Gobierno a José Giral, debido a la marcha negativa de la guerra para los republicanos. El nuevo Gobierno organizó la estructura del Ejército republicano, con el fin de cambiar el rumbo de la guerra en favor del Frente Popular.
La ciudad de Cartagena permaneció en el bando republicano, al igual que el resto de la región de Murcia, durante la Guerra Civil (1936-39). La marinería de Cartagena consiguió derrotar la sublevación de la oficialidad de la base el 18 de julio de 1936. Cartagena tenía una importancia vital debido a su localización estratégica en el Mediterráneo y a su condición de base naval española más importante de la costa mediterránea. Cartagena fue la principal base naval de la República durante el conflicto. Las bases navales de Cádiz y El Ferrol cayeron en manos de los nacionales al principio de la Guerra Civil.
La base naval de Cartagena estaba compuesta por el 3er Regimiento de Artillería de Costa, las flotillas de cruceros (Libertad y Méndez Núñez), destructores (Churruca, Barcaíztegui, Lepanto, Escaño, Gravina, Lazaga, Ulloa, Alsedo), acorazados y submarinos; la Capitanía General, el Arsenal y los polvorines. Además, la base naval de Cartagena está protegida desde el aire por el aeródromo de Los Alcázares y la base aeronáutica naval de San Javier.
La Guerra Civil se internacionalizó, a pesar de la creación del Comité de No Intervención en Londres (Gran Bretaña) en septiembre de 1936. Este comité estaba formado por 27 países europeos, entre ellos las grandes potencias del continente. Francia y Gran Bretaña respetaron el pacto, pero Alemania, Italia y la Unión Soviética (URSS) incumplieron el acuerdo internacional de forma sistemática. Alemanes e italianos respaldaron al bando nacional y los soviéticos al bando republicano.
El ministro de Hacienda, Juan Negrín, firmó un decreto reservado el 13 de septiembre de 1936, con el respaldo del presidente Largo Caballero, para el traslado de la mayor parte de las reservas de oro del Banco de España a la URSS. El presidente Largo Caballero negoció con el embajador de la URSS en España, Arthur Stashevski, el traslado del oro del Banco de España a la Unión Soviética.
El objetivo del Gobierno republicano era evitar la captura del oro por las tropas nacionales tras la posible caída de Madrid. El Ejecutivo de Largo Caballero no informó de esta medida al jefe del Estado, Manuel Azaña, pero suplantaron su voluntad en el decreto. “Se decidió que no lo supiera ni el presidente de la República, el cual se hallaba en un estado espiritual verdaderamente lamentable“, argumentaba Largo Caballero. Nunca se produjo la rendición de cuentas a las Cortes.
El decreto reservado decía lo siguiente:
“La anormalidad que en el país ha producido la sublevación militar aconseja al Gobierno adoptar aquellas medidas precautorias que considere necesarias para mejor salvaguardar las reservas metálicas del Banco de España, base del crédito público. La índole misma de la medida y la razón de su adopción exigen que este acuerdo permanezca reservado. Fundado en tales consideraciones, de acuerdo con el Consejo de Ministros, y a propuesta del de Hacienda, vengo en disponer, con carácter reservado, lo siguiente: Art. 1º: Se autoriza al Ministro de Hacienda para que en el momento que lo considere oportuno ordene el transporte, con las mayores garantías, al lugar que estime de más seguridad, de las existencias que en oro, plata y billetes hubiera en aquel momento en el establecimiento central del Banco de España. Art. 2º: El Gobierno dará cuenta en su día a las Cortes de este decreto“.
Las fuerzas de seguridad del Estado y las milicias de la UGT y CNT se apoderaron de las reservas del oro del Banco de España en nombre del Gobierno el 14 de septiembre de 1936. El gobernador del Banco de España informó al resto del Consejo Extraordinario del traslado del oro. El cajero principal del Banco de España se suicidó y los consejeros Martínez Fresneda y Álvarez Guerra denunciaron la extracción del oro por constituir una ilegalidad y presentaron su dimisión.
El Gobierno de Largo Caballero ordenó el traslado del 72 por ciento de las reservas de oro del Banco de España a Cartagena, para su posterior envío a la Unión Soviética. El Frente Popular eligió Cartagena como puerto de salida por sus grandes cualidades defensivas como principal base naval de la II República, por su situación estratégica en el Mediterráneo y por su condición de zona de retaguardia, alejada del frente de guerra.
Las fuerzas de seguridad trasladaron en cajas de madera las reservas de oro a la Estación del Mediodía de Madrid (actual Atocha). Desde allí, el oro del Banco de España viajó en tren hasta Cartagena, escoltado por las Brigadas Motorizadas del Partido Socialista (PSOE). Una vez en Cartagena, el oro del Banco de España quedó almacenado en el polvorín de La Algameca.
El presidente de la URSS, Josef Stalin, encargó al jefe de los servicios de inteligencia soviéticos en España, Alexander Orlov, la organización del traslado de las reservas de oro a su país. El ministro de Hacienda, Juan Negrín, y Alexander Orlov pactaron el traslado de las reservas a la URSS. Los tanquistas soviéticos de la base de Archena cargaron el oro español en los buques soviéticos atracados en el puerto de Cartagena durante las noches del 22, 23 y 24 de octubre de 1936.
El 25 de octubre de 1936, los buques soviéticos Kine, Kursk, Neva y Volgoles zarparon del puerto de Cartagena en dirección a la Unión Soviética. El oro del Banco de España llegó al puerto ucraniano de Odessa el 2 de noviembre. La Policía Secreta de la URSS se encargó de cargar las reservas de oro en camiones militares. Estos camiones transportaron con una escolta fuertemente armada el oro español hasta Moscú.
El oro español llegó a Moscú el 6 de noviembre de 1936. Los servicios secretos de la Unión Soviética trasladaron el oro al Comisariado del Pueblo para las Finanzas en la capital de la URSS en calidad de depósito. Una comisión hispano-soviética se encargaría de su gestión durante la Guerra Civil. El embajador de España, Marcelino Pascua, formaba parte de esta comisión.
La Unión Soviética se apoderó de las 510 toneladas de oro del Banco de España en cobro por la ayuda militar prestada al bando republicano en la Guerra Civil (1936-39). Esta ayuda consistió en el envío de soldados, asesores, técnicos, aviones y tanques. De esta forma, la URSS incumplía (al igual que Italia y Alemania) el acuerdo de no intervención en España para evitar la internacionalización del conflicto español. Buena parte de la ayuda soviética llegó al bando republicano a través del puerto de Cartagena.