La FEHT denuncia una falta de objetividad en los hechos reflejados en el artículo del diario El Mundo
Las Palmas de Gran Canaria (Canarias), 26 de febrero de 2015 / Turismo - Comunicado / José Antonio Cabrera. ASSOPRESS
En referencia al artículo publicado en el diario El Mundo el pasado 9 de febrero, relativo a la precaria situación de las camareras de pisos que prestan sus servicios en los hoteles de Canarias, con específica mención a trabajadoras en establecimientos de Gran Canaria, la FEHT desea transmitir a la opinión pública el enorme malestar que dicho artículo ha causado en los empresarios pertenecientes a nuestra organización, en primer lugar porque, si hay un colectivo especialmente cuidado y protegido en nuestras empresas de alojamiento turístico, es precisamente el de las camareras de pisos.
Por otro lado, se aprecia una absoluta falta de objetividad en las circunstancias que se ponen de manifiesto en las líneas publicadas, cuando se omiten datos esenciales que contradicen la precaria situación laboral del antedicho colectivo.
En cualquier caso, hemos de partir de una premisa que es innegable y es la de que el trabajo desempeñado por las camareras de pisos es un trabajo duro - hecho reconocido por los empresarios, sindicatos y por la propia autoridad laboral-, como lo es también el de otras profesiones de parecida naturaleza. Lo cual no quiere decir que haya una relación causal entre el ejercicio de dicho trabajo y la situación de explotación que se denuncia en la publicación.
Asimismo cabe destacar que la situación actual del colectivo de camareras de pisos, al menos en la Provincia de Las Palmas, está muy alejada de esa situación, ya que su nivel salarial supera al de un delineante y casi está al mismo nivel que el de un perito mercantil o un graduado social.
En nuestro Convenio tienen reconocidos además unos derechos que superan en mucho a los establecidos en el propio Estatuto de los Trabajadores, contando prácticamente con 48 días de vacaciones, licencias y permisos remunerados, manutención a cargo de la propia empresa y tiempo mínimo garantizado para comer, así como entrega gratuita de uniforme y, en muchos casos, servicio de transporte a cargo de la empresa, garantía de su nivel salarial en caso de incapacidad temporal.
Todo ello sin contar con la formación que las empresas ofrecen a las trabajadoras, en ocasiones impuesta por el propio Convenio Colectivo y, por lo general, con la finalidad de que sus cargas de trabajo se vean disminuidas o, al menos, repercutan lo menos posible en la salud de la trabajadora. Los estudios ergonómicos son obligatorios en las empresas, donde se analizan de forma minuciosa las condiciones en que las trabajadoras prestan sus servicios y posibles soluciones correctoras, planes de igualdad contra el acoso laboral, etc.
Achaca el citado artículo la falta de estabilidad en el empleo de dicho colectivo, lo cual tampoco es cierto, como tampoco lo es que los empresarios se hayan aprovechado de la crisis. Si las empresas no hubieran hechos los ajustes que la normativa les ha permitido (y no olvidemos que las causas para ello están tasadas y objetivadas), en estos momentos tendríamos que lamentar la pérdida de muchísimos más puestos de trabajo. Un dato objetivo y que el artículo obvia, es el de que las empresas de alojamiento turístico y, particularmente los hoteles, deben mantener un nivel mínimo de plantilla fija, que se sitúa en torno al 60 %, nivel que afecta de forma favorable al colectivo que nos ocupa, ya que las empresas superan con creces ese porcentaje. Por tanto, resulta absolutamente falso el alto nivel de eventualidad en el sector.
De igual forma es incierta la situación que denuncia la central sindical CCOO en el artículo, acerca de la sobrecarga de trabajo. No es una situación que pueda generalizarse y, allí donde se pudiera producir, la representación legal de los trabajadores tiene una responsabilidad que cumplir.
Por último, indicar que es competencia de la Administración Pública, y no de las empresas, garantizar un adecuado sistema de salud para todos los trabajadores en general, y para este colectivo en especial, ámbito donde las empresas cumplen con rigor la normativa en materia preventiva y sanitaria, como no puede ser de otra forma. La patronal hotelera no es ajena a la situación de las camareras de pisos, como tampoco lo es a la del resto de los trabajadores del sector. Solamente desde la ignorancia, la mala fe y el uso de información malintencionada por parte de los medios de comunicación puede llegar a resultar comprensible manifestaciones como las vertidas en el artículo publicado.
Las Palmas de Gran Canaria (Canarias), 26 de febrero de 2015 / Turismo - Comunicado / José Antonio Cabrera. ASSOPRESS
En referencia al artículo publicado en el diario El Mundo el pasado 9 de febrero, relativo a la precaria situación de las camareras de pisos que prestan sus servicios en los hoteles de Canarias, con específica mención a trabajadoras en establecimientos de Gran Canaria, la FEHT desea transmitir a la opinión pública el enorme malestar que dicho artículo ha causado en los empresarios pertenecientes a nuestra organización, en primer lugar porque, si hay un colectivo especialmente cuidado y protegido en nuestras empresas de alojamiento turístico, es precisamente el de las camareras de pisos.
Por otro lado, se aprecia una absoluta falta de objetividad en las circunstancias que se ponen de manifiesto en las líneas publicadas, cuando se omiten datos esenciales que contradicen la precaria situación laboral del antedicho colectivo.
En cualquier caso, hemos de partir de una premisa que es innegable y es la de que el trabajo desempeñado por las camareras de pisos es un trabajo duro - hecho reconocido por los empresarios, sindicatos y por la propia autoridad laboral-, como lo es también el de otras profesiones de parecida naturaleza. Lo cual no quiere decir que haya una relación causal entre el ejercicio de dicho trabajo y la situación de explotación que se denuncia en la publicación.
Asimismo cabe destacar que la situación actual del colectivo de camareras de pisos, al menos en la Provincia de Las Palmas, está muy alejada de esa situación, ya que su nivel salarial supera al de un delineante y casi está al mismo nivel que el de un perito mercantil o un graduado social.
En nuestro Convenio tienen reconocidos además unos derechos que superan en mucho a los establecidos en el propio Estatuto de los Trabajadores, contando prácticamente con 48 días de vacaciones, licencias y permisos remunerados, manutención a cargo de la propia empresa y tiempo mínimo garantizado para comer, así como entrega gratuita de uniforme y, en muchos casos, servicio de transporte a cargo de la empresa, garantía de su nivel salarial en caso de incapacidad temporal.
Todo ello sin contar con la formación que las empresas ofrecen a las trabajadoras, en ocasiones impuesta por el propio Convenio Colectivo y, por lo general, con la finalidad de que sus cargas de trabajo se vean disminuidas o, al menos, repercutan lo menos posible en la salud de la trabajadora. Los estudios ergonómicos son obligatorios en las empresas, donde se analizan de forma minuciosa las condiciones en que las trabajadoras prestan sus servicios y posibles soluciones correctoras, planes de igualdad contra el acoso laboral, etc.
Achaca el citado artículo la falta de estabilidad en el empleo de dicho colectivo, lo cual tampoco es cierto, como tampoco lo es que los empresarios se hayan aprovechado de la crisis. Si las empresas no hubieran hechos los ajustes que la normativa les ha permitido (y no olvidemos que las causas para ello están tasadas y objetivadas), en estos momentos tendríamos que lamentar la pérdida de muchísimos más puestos de trabajo. Un dato objetivo y que el artículo obvia, es el de que las empresas de alojamiento turístico y, particularmente los hoteles, deben mantener un nivel mínimo de plantilla fija, que se sitúa en torno al 60 %, nivel que afecta de forma favorable al colectivo que nos ocupa, ya que las empresas superan con creces ese porcentaje. Por tanto, resulta absolutamente falso el alto nivel de eventualidad en el sector.
De igual forma es incierta la situación que denuncia la central sindical CCOO en el artículo, acerca de la sobrecarga de trabajo. No es una situación que pueda generalizarse y, allí donde se pudiera producir, la representación legal de los trabajadores tiene una responsabilidad que cumplir.
Por último, indicar que es competencia de la Administración Pública, y no de las empresas, garantizar un adecuado sistema de salud para todos los trabajadores en general, y para este colectivo en especial, ámbito donde las empresas cumplen con rigor la normativa en materia preventiva y sanitaria, como no puede ser de otra forma. La patronal hotelera no es ajena a la situación de las camareras de pisos, como tampoco lo es a la del resto de los trabajadores del sector. Solamente desde la ignorancia, la mala fe y el uso de información malintencionada por parte de los medios de comunicación puede llegar a resultar comprensible manifestaciones como las vertidas en el artículo publicado.