Este tipo de
transporte sanitario se lleva a cabo en ambulancias con incubadoras y, entre
las islas, son realizados por los helicópteros medicalizados
Canarias (España), 27 de diciembre de 2014 / El Servicio de Urgencias Canario (SUC) / Gabinete de Prensa.
El Servicio de Urgencias Canario (SUC), dependiente de la Consejería de Sanidad
del Gobierno de Canarias, trasladó a 30 neonatos en Canarias entre enero y
noviembre de 2014. Estos transportes, tanto en ambulancias como en los
helicópteros medicalizados, se realizaron con incubadora y en la mayoría de los
casos los recién nacidos presentaban problemas respiratorios graves o alguna cardiopatía
y precisaban un tratamiento especializado.
La atención a un neonato -paciente que puede contar desde
pocas horas hasta un mes de vida- es muy
delicada y para este trabajo tan
complejo, los médicos y los enfermeros asistenciales del SUC cuentan con formación
específica y la experiencia necesaria.
Estos profesionales de la atención sanitaria urgente
tienen que prestar unos cuidados adecuados a las características de los recién
nacidos, cuyos síntomas son más difíciles de identificar que los de otro niño de
mayor edad, y manejar con soltura un material de pequeñas dimensiones.
En el caso de los helicópteros, el traslado de los neonatos
también se realiza con una incubadora. Su personal sanitario tiene que llevar a
cabo un trabajo muy preciso y adaptarlo a las condiciones específicas que
supone el interior de una aeronave.
Además, es necesario esperar a que el estado del bebé sea
estable para poder transportarlos, realizar despacio las diferentes
transferencias con la ambulancia, desde el punto de origen hasta que entra en
el helicóptero y su posterior llegada al hospital de destino, para evitar que
los cambios le puedan afectar y comprobar en todas las fases del traslado el
estado en el que se encuentra.
Para Asdrúbal González, médico asistencial del SUC con
gran experiencia en los recursos aéreos, el traslado de neonatos es muy
diferente a los demás y presenta una mayor complejidad, ya que entre otros
muchos factores se deben adaptar los movimientos del personal al tamaño del
bebé y realizarlos con la mayor delicadeza posible, minimizando con la actuación
médica los efectos de la vibración, el ruido, las condiciones externas, la altura
o el espacio en el que se realiza.
Según el doctor González, es un trabajo muy delicado,
pero gratificante en la mayoría de las ocasiones. “Un ejemplo fue cuando en uno
de estos traslados, un bebé que había sufrido dos paradas cardiorrespiratorias
en el hospital de procedencia, de las que de las que había podido ser recuperado, volvió a entrar en esta misma
situación en dos ocasiones más durante el traslado en helicóptero y, tras realizarle maniobras de
reanimación cardiopulmonar avanzada, pudo
revertirse la parada. Además, hemos podido saber que en la actualidad se
encuentra bien y que no ha sufrido secuelas”, añadió.