Los ayuntamientos españoles están al día en internet y no sólo se afanan en hacer realidad la administración electrónica, los más espabilados han hecho de las redes sociales su lugar de encuentro con los ciudadanos y son referente internacional dentro de ellas.
Sólo los pueblos más pequeños siguen rezagados en esta carrera digital, en la que el papel del ayuntamiento no sólo se limita a promover el turismo en el municipio, cobrar impuestos u ofrecer servicios.
Ahora lo que importa es estar en Facebook y en Twitter, que los vecinos te conozcan en estas redes y te puedan pedir cosas como más iluminación en su calle o tapar un bache de la calzada y, por qué no, opinar contigo o contra ti sobre todo tipo de cuestiones.
LA ADMINISTRACIÓN ELECTRÓNICA, UNA REALIDAD LOCAL
Las cifras no engañan y los ayuntamientos han hecho los deberes. El 87 por ciento de los de menos de 20.000 habitantes tiene conexión por banda ancha, el 74 por ciento cuenta con web corporativa y el 81 por ciento tiene instalaciones municipales con acceso a internet. En los grandes, estos porcentajes están en el entorno del cien por cien.
Son los datos que maneja Angel Ros, alcalde de Lleida y presidente de la Comisión de Nuevas Tecnologías y Sociedad de la Información de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP).
"Si tuviera que poner una nota a los ayuntamientos sería alta, probablemente un 7,5", dice a Efe Ros, pionero en estas lides.
Trabajó entre 1977 y 1985 en el ayuntamiento que ahora preside en cuestiones informáticas y después le fichó el de Madrid por cinco años para que llevara a la capital su experiencia.
En su opinión, los servicios de atención al ciudadano desde la red están funcionando muy bien, aunque recuerda que por ley ya deberían tenerlos completados todos los consistorios y también todas las administraciones.
En este sentido, Ros cree que queda una importante tarea: la de mejorar la transparencia y el intercambio de información entre las administraciones.
El modelo por el que apuesta sería algo parecido a una tarjeta de crédito, que identifique a cada ciudadano y comparta entre todas las administraciones su información para hacer más efectiva la administración electrónica.
También le preocupa el retraso que aún sufren los pueblos pequeños. En estos casos, se consiguen avances si la Diputación se implica, y ejemplo de ello, en su opinión, han dado instituciones provinciales como la de Sevilla o las diputaciones forales vascas.
LAS BRECHAS, EN CIFRAS
Y es que dicho retraso es aún palpable.
Así, mientras el 97 por ciento de los ayuntamientos con más de 30.000 habitantes y el 93 por ciento de los que tienen entre 15.000 y 30.000 cuentan con portal web, el porcentaje va descendiendo a medida que se reduce la población.
El 89 por ciento de los medianos (entre 3.500 y 15.000 habitantes) tienen su página municipal y un 77 por ciento en el caso de los de entre 1.000 y 3.500 ciudadanos.
No obstante, los pequeños se quedan muy atrás, hasta una proporción del 51 por ciento en los de entre 1.000 y 3.000 habitantes y de sólo el 31 por ciento en los menores.
Son datos del último estudio sobre el Estado de las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación) en la Administración Local elaborado por el Observatorio Nacional de las Telecomunicaciones y la Sociedad de la Información, dependiente del Ministerio de Industria.
Las diferencias, según este informe, se palpan también en otros datos, como la oferta de información municipal desde la red: se da en un 99 por ciento de los ayuntamientos grandes y va reduciéndose hasta tan sólo un 23 por ciento para los más pequeños.
Menores van siendo los resultados para otros casos como las gestiones municipales y, sobre todo, la identificación electrónica, en la que no aprueban aún ni los más grandes.
Sólo el 38 por ciento de los ayuntamientos de más de 30.000 habitantes cuentan con el sistema de identificación a través del DNI que se autentifica con la firma electrónica, mientras que el certificado digital se usa en el 44 por ciento de estas ciudades.
LAS REDES SOCIALES
Pero estar en internet no significa sólo contar con un portal oficial para hacer gestiones a través de él. Muchos ayuntamientos se han lanzado a la vorágine de las redes sociales, y sobre todo utilizan Twitter, la más interactiva, para estar en contacto con sus ciudadanos.
Ros es uno de los defensores de este canal "siempre abierto" con la sociedad en el que tiene su propio perfil como alcalde de Lleida, donde sus conciudadanos le dan opiniones sobre su gestión o le hacen peticiones tan específicas como que tape el bache de una calle.
Admite que hay un punto débil: el tratar de "enganchar" las peticiones que se hacen a través de Twitter con los sistemas corporativos de los ayuntamientos, para poder dar respuesta.
Algunos ayuntamientos ya han sabido hacerlo. Es el caso de León, que cuenta con un sistema que permite conocer, desde Twitter, el tiempo estimado de llegada de los autobuses urbanos a sus paradas.
Otros, además, ya han sido reconocidos por el uso de esta red, como el barcelonés de Villasar de Mar, que en marzo quedó en tercera posición en los premios Shorty Awards, precedido sólo por el alcalde de Newark (EEUU) y por el mismísimo presidente estadounidense, Barack Obama.
JUN, UN MUNDO VIRTUAL APARTE
"Una ciudadanía digital no quiere trabajar con un gobierno analógico". Es la sentencia de uno de los "gurús" de internet en el mundo municipal, el alcalde de la localidad granadina de Jun, José Antonio Rodríguez Salas.
Mientras algunos están empezando en esto de las redes, Rodríguez Salas es todo un veterano, y su ayuntamiento también: desde el portal oficial se hacen todo tipo de gestiones y se interactúa con los vecinos mucho más de lo normal.
La web municipal cuenta con un "Plan de Intervención Urgente Municipal (P.I.U.M)", por el que el ayuntamiento se compromete a resolver los problemas que se planteen en menos de 24 horas, y un servicio de "PoliciaNet".
En ambos casos también se aprovecha Twitter desde el consistorio, hasta el punto de que la red social ha servido para detener, hace unos días, a los últimos delincuentes que han querido robar en el pueblo.
Se trataba de ladrones de cobre; varios vecinos los vieron en plena faena y mandaron mensajes al ayuntamiento, a la policía municipal y al propio alcalde a través de Twitter, con lo que los cacos no tuvieron tiempo de escapar del pueblo.
Ahora, le dijo un vecino al alcalde, a la entrada de Jun debería haber un cartel que diga "Cuidado con el Twitter", por si algún visitante pretende hacer algo malo en el término municipal. Que no lo intente, que le pillarán.
Anécdotas aparte, Rodríguez Salas se toma muy en serio el uso de internet y de las redes sociales, y ha llevado su modelo virtual hasta la campaña electoral.
En este pueblo, el PSOE -el partido del alcalde- no se gasta dinero en carteles o panfletos. La campaña es totalmente virtual, y cuenta con un sistema innovador, el uso de los códigos QR.
Estos códigos -los que se usan para identificar, por ejemplo, un billete de avión-, se pueden capturar y leer desde el móvil si se cuenta con el lector apropiado, y contienen las promesas electorales, los vídeos o incluso las propuestas que los ciudadanos remitan al alcalde.
Y DESPUÉS ¿QUÉ?
En elecciones anteriores fueron los "blog" o los mítines virtuales en Second Life y ahora reinan las campañas en Facebook y Twitter.
Muchos dudan de la permanencia de los candidatos autonómicos y locales tras el 22 de mayo, aunque resulta difícil pensar que van a desprenderse de esta costumbre que ya es un reclamo de la sociedad digital, y desde luego no podrán hacerlo los ayuntamientos.