TELDE, CIUDAD SIN PISCINAS
Hace unos días atrás, en unas jornadas sobre los beneficios del deporte y la vida saludable dirigida especialmente a los niños para evitar la obesidad, el señor presidente de Canarias Paulino Rivero comentaba a los medios que él animaba a toda la población a practicar deporte puesto que según sus afirmaciones correr y nadar era gratuito y todos como mínimo podían realizar tales actividades.
Ojala dichas afirmaciones fueses ciertas, pero como en tantas otras cosas el señor Paulino se equivoca, no más lejos de la realidad en Telde no ocurre lo mismo, debido a que en la 2ª ciudad de Gran Canaria y 4ª del archipiélago no cuenta con instalaciones deportivas a la altura de lo que ésta gran ciudad representa. Años atrás se realizaban olimpiadas deportivas, se vendía a bombo y platillo el eslogan “Telde, ciudad deportiva”, pero a día de hoy se continúa en todo el municipio con una sola piscina que para más inri no cuenta con medidas olímpicas.
Y claro está, a éstas alturas, pedir que se construya una piscina parece hasta temerario, porque con derivarnos en la respuesta a la crisis internacional, a la situación económica en el ayuntamiento de Telde, a las trabas burocráticas etc. de esa forma nos intentarán minar la ilusión de que los ciudadanos de todas las edades puedan practicar el deporte más sano y completo como es la natación. Pero ¿cuántos años se lleva solicitando una nueva piscina? Años atrás en época de bonanza económica se exigieron pero también se prometieron porque incluso concretamente en Jinámar se llegó a poner el cartel de su próxima construcción, así que excusas siempre van a existir ya sea con crisis o sin ella.
Telde como ciudad, se merece varias piscinas no sólo en el centro sino en sus barrios, pero sobre todo mientras se doten de más instalaciones al municipio se debería cuidar la única que tenemos, lográndose que se mantenga abierta y en condiciones porque ya los usuarios del Paco Artiles han perdido hasta la cuenta de las reformas y reparaciones que se han desarrollado. Es vergonzoso que muchos ciudadanos se tengan que desplazar a Valsequillo para poder practicar la natación y que los niños y mayores sobre todo se vean afectados por las continuas obras y ya no sólo eso sino en la situación en la que se quedan muchos trabajadores relacionados con la piscina y los equipos que necesitan entrenar para competiciones.
Si tanto hablamos de crisis, el invertir en una piscina no vendría mal, puesto que si en lugar de un gasto lo vemos como una inversión nos daremos cuenta que genera empleo, genera salud, genera ingresos por su uso y disfrute además de ser un punto de encuentro para los ciudadanos.
Pero mientras tanto dada la situación que tenemos de no tener piscinas municipales, no nos quedará otra que para poder nadar y encima gratis como decía Paulino, ir a nadar a la playa de Melenara porque al paso que vamos....
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