domingo, 19 de junio de 2011

Palabras genuinamente tóxicas

A Coruña, 19 de junio de 2011 | Cartas al Director | Suso do Madrid

El vicepresidente primero del Gobierno cruza todas las líneas del diálogo y se aproxima a los “indignados” que estos días amenazan la convivencia institucional al repartir certificados de idoneidad y toxicidad democráticas entre los diputados y, aún más, al legitimar las revueltas callejeras, consecuencia directa de unos debates parlamentarios que –dice- tienen “poco que ver con la gente”. Para la democracia, sistema basado en la controversia y la libre expresión de ideas, no hay mayor agente tóxico que la exclusión, elemento que ofrece y receta Alfredo Pérez Rubalcaba con la intención de situarse al margen de cualquier control parlamentario y desvirtuar un sistema cuyos actores y reglas parecen incomodarle. Son sus palabras, genuinamente tóxicas, las que resultan lesivas para una democracia basada en el diálogo.

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