martes, 28 de febrero de 2012

CÁRITAS: CARA Y CRUZ (I)

Las Palmas de GC, 28 de febrero de 2012 / Artículo de Opinión / Xavier Aparici Gisbert (*)

Cáritas es el nombre que se da la confederación de entidades de acción caritativa y social de la iglesia católica en España. Instituida por la conferencia episcopal, tiene por misión la de “ser iglesia pobre y para los pobres. La dignidad inviolable de la persona y la total oposición a todas las formas de pobreza, opresión, injusticia y desigualdad social son los principios dirigentes de la labor de Cáritas Española”. Y, así, su lema es “Trabajamos por la justicia”.

Esa determinación de ser “iglesia pobre” conlleva que la mayor parte de los recursos de Cáritas Española provenga no de la propia institución religiosa, si no, principalmente, de donaciones y fondos privados y, también, de aportaciones públicas, en especial, de los Ayuntamientos y de las Comunidades Autónomas. Tiene en marcha un amplio conjunto de programas de acción. En concreto, la acogida, atención primaria y atención de base en las Cáritas Parroquiales - con más de 5.000 equipos de voluntariado-, forma la red de ayuda más extensa y poderosa de asistencia a personas en situaciones de exclusión y vulnerabilidad.

Desde el año 1965, Cáritas también impulsa la fundación Foessa (Fomento de Estudios Sociales y Sociología Aplicada) para conocer la situación social del país. El Informe Foessa de 2012, hecho público recientemente, es el primero en el que se aborda con perspectiva completa la actual situación de crisis. El documento, en su Editorial, recuerda que en el anterior Informe de 2008 ya se constataba que “ El intenso crecimiento acaecido en España entre 1995 y 2007 no se había traducido en una distribución más equitativa de la renta, ni en una disminución de la pobreza. Es decir, el crecimiento de esa etapa no estuvo acompañado de distribución, ni de una protección social más intensa, ni de soluciones a los graves problemas de integración social”.

En este informe también se afirma que “Es necesario afrontar la lucha contra la pobreza y la exclusión como un reto estructural, algo que ya venía siendo exigido por la «crisis social anterior a la crisis económica»”.

Cabe recordar que desde 1996 a 2004 la política general del estado estaba en manos de gobiernos del Partido Popular, con José Mª Aznar de presidente, y que, desde 2004 hasta noviembre de 2011, fueron gobiernos del PSOE, con José Luís Rodríguez Zapatero a la cabeza, quienes tuvieron las responsabilidades ejecutivas. Y que, ni unos ni otros gobiernos, se preocuparon por redistribuir los recursos económicos, ni por mejorar la situación de la población excluida para aminorar su empobrecimiento.

Los datos que se recopilan en informe, coincidentes con lo denunciado en otros ámbitos, son demoledores:

-la renta media de la población española ha descendido, añadiéndole la evolución de los precios, en un 9% entre 2007 y 2010. En ese mismo periodo, la distancia entre la renta del 20% más rico y del 20% más pobre, pasó a un valor del 6,9, casi cinco veces mayor que el de la media de la UE-15.

-la proporción de hogares por debajo del umbral de pobreza (7.800 euros al año, para una persona sola) es cercana al 22%, sólo superada en Europa por Rumanía y Letonia. El riesgo de pobreza está concentrado territorialmente en el suroeste peninsular y en Canarias.

-la tasa de desempleo de 2011, del 23%, más que duplica la de los 27 Estados de la UE. Aún así, los indicadores de gasto social, la inversión de recursos que favorecen la igualdad social, tanto en términos de PIB como per cápita, es 15 puntos inferior a media de los demás países del euro.

Ante esta notabilísima indefensión social ¿qué sería de nuestra ciudadanía más desfavorecida si no existiera el asistencialismo paliativo de Cáritas?

(*) Filósofo y Secretario de Redes Ciudadanas de Solidaridad.
http://bienvenidosapantopia.blogspot.com.

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