jueves, 24 de mayo de 2012

El Instituto de Obesidad apuesta por los beneficios de una dieta equilibrada de cara a lograr una correcta pérdida de peso en estas fechas


Alerta sobre el incremento de las llamadas “dietas milagro” ante la llegada del verano

Madrid (España), 24 de mayo de 2012 / Sociedad - Salud / Gabinete de Prensa.

La proliferación de dietas con la llegada del verano hace imprescindible discernir entre aquellas llamadas “milagro” y las que realmente contribuyen a una pérdida de peso equilibrada y moderada. En este sentido, desde el Instituto de Obesidad se quiere resaltar la importancia que puede tener la correcta aplicación de una dieta durante estas fechas, evitando azúcares refinados,  embutidos, productos  salados y/o  fritos y demás alimentos excesivamente grasos.

Una buena alimentación debe aportar, diariamente, alimentos frescos y lo menos procesados posibles, proporcionando salud tanto a nivel físico como mental. De este modo, se alcanzará una pérdida de grasa corporal, verdadero objetivo que no equivale a la pérdida de peso. Para ello, resulta fundamental contar con una dieta saludable y equilibrada, que contenga todos los grupos de nutrientes en las proporciones adecuadas

Estos factores no se suelen dar en las llamadas dietas milagro, que tienden a proliferar en esta época del año. No en vano, distintos análisis, como los estudios de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) y la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO), sitúan en torno al 20% el número de mujeres que dicen haberse sometido en alguna ocasión a dietas sin ningún control médico, rebajándose el porcentaje, en los hombres, a un 15%.

Como regla general, estos tratamientos promueven una exagerada restricción de la energía ingerida, que conlleva deficiencias en vitaminas y minerales, cambios metabólicos y una monotonía alimentaria que los convierte en gravemente perjudiciales.   

Diferentes opciones de regímenes de adelgazamiento

Ante la proliferación de estas ofertas, el Instituto de Obesidad recomienda varias opciones, entre las que destaca la dieta proteinada, que persigue disminuir el aporte de azúcares y grasas al mínimo indispensable para cubrir las necesidades del organismo, aportando, a su vez, proteínas de alto valor biológico. De esta forma se logra la estimulación del consumo de las reservas grasas del cuerpo que se encuentran en exceso, lo que se traduce en una pérdida de peso efectiva y segura a expensas de la masa grasa.

En este sentido, conviene recordar que la abundancia en el consumo de alimentos grasos e hidrocarbonados contribuye a aumentar las reservas grasas del organismo, mientras que las proteínas son el elemento de base para la construcción celular, activando la degradación de las grasas de reserva y la producción de niveles reducidos de acetona, único producto natural con efecto "cortahambre".

Otra de las recetas recomendadas a la hora de perder peso es la llamada dieta del índice glucémico, cuyo éxito radica en el seguimiento de un plan de alimentación basado en los principios del índice glucémico. Éste marca la rapidez con la que los hidratos de carbono de los alimentos se convierten en azúcares simples. Al ingerir alimentos ricos en azúcares sencillos o alimentos de alto índice glucémico, se provoca que el exceso de azúcar sea transformado en grasa que tiende a acumularse en la zona abdominal. Sin embargo, al tomar alimentos con bajo índice glucémico se evita la acumulación de grasa en el organismo, ya que la degradación de los hidratos de carbono es lenta y progresiva.

La variedad de alimentos de bajo índice glucémico es muy amplia, evitándose los menús restrictivos que acaban causando ansiedad y provocan, en muchos casos, el abandono de la dieta. Los resultados de este régimen alcanzan pérdidas de peso de entre 10 y 15 kilogramos en un mes y medio.

Por último la denominada dieta de la zona persigue crear un equilibrio entre la proporción de los distintos macronutrientes: hidratos de carbono (40%), proteínas (30 %) y grasas (30%). Al ingerir más carbohidratos que proteínas, el cuerpo utiliza la grasa almacenada para transformarla en energía diaria, logrando que el metabolismo llegue a un equilibrio capaz de mantener un cuerpo sin exceso de peso.

En este caso, se recomienda realizar cinco  comidas al día, debiendo resultar dos de ellas ligeras –media mañana y merienda- y no superando las 4 horas entre tomas. El menú de esta dieta es personalizado e individual ya que a la hora de calcular la proporción de alimentos hay que tener en cuenta la cantidad, y esta depende del sexo, peso, porcentaje de grasa corporal y grado de actividad física de cada persona.

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