En pleno debate por la intención manifestada por parte del SUP y AUGC de que la Guardia Civil se desmilitarice y siga los pasos del modelo de Bélgica, toma especial interés este artículo publicado por la revista Atenea y que demuestra que el modelo de la Guardia Civil actual no sólo es uno de los más eficaces del mundo, sino que es ejemplo a nivel mundial, como lo ha demostrado la Benemérita no sólo a lo largo de sus 168 años de vida, sino especialmente en la lucha contra el terrorismo.
Enrique Peña Nieto inaugurará en diciembre una nueva etapa histórica en México ya que no solo pondrá fin a 12 años de gobiernos del PAN sino que encabezará el regreso del PRI al poder tras dos sexenios de travesía del desierto. El partido que de forma autoritaria gobernó México entre 1929 y 2000 regresa al Palacio de los Pinos por primera vez tras unas elecciones democráticas.
La gran incógnita es qué se esconde detrás de esa atractiva imagen que encarna Peña Nieto. Desde un punto de vista político subsisten algunas dudas: ¿regresará el viejo PRI autoritario al poder? ¿Los antiguos "dinosaurios" del PRI, entre ellos el salinismo, volverán a controlar el país? ¿Es verdad que México, su sociedad en especial, es ya lo suficientemente fuerte y tiene instituciones rodadas como para evitar que el priismo se apropie del Estado y recaiga en los viejos vicios?
Peña Nieto: "no habrá tregua ni pacto con el narco"
Pero no se trata solo de temas políticos. Dos de los grandes retos del nuevo presidente tienen que ver, primero, con la lucha y la guerra contra los cárteles del narcotráfico y el otro con la posición internacional que asuma la nueva administración.
Peña Nieto ha asegurado que continuará con la política iniciada en 2006 por Felipe Calderón de combate al crimen organizado y al narcotráfico. Ha negado que su llegada al poder sea para repetir los pactos tácitos que el viejo priismo mantuvo con los cárteles y que aseguraron la paz y la tranquilidad al país a cambio de que las fuerza del orden no interfirieran en el negocio del narco ("no habrá tregua ni pacto con el narco", ha dicho el recién electo presidente).
Por lo tanto, su ascenso a la presidencia no conlleva un punto y final sino un punto y seguido, con nuevas estrategias eso sí ("Nunca he hablado de echar por la borda lo que se ha hecho hasta ahora, nunca he hablado de un cambio radical").
Peña Nieto se inclina entonces más por la modernización en la lucha contra el narco. En este sentido, destacan algunas propuestas como la de apostar aún más por los servicios de inteligencia como puntal para derrotar al narco.
El futuro presidente aspira también a retirar a las Fuerzas Armadas del combate al narco y pretende crear una gendarmería federal, de unos 40.000 miembros -aunque se pretende llegar a los 100 mil-, inspirada en la Guardia Civil española y en el Cuerpo de Carabineros colombiano. Para ello ya cuenta con uno de los policías con mayor prestigio en la región, el general colombiano Óscar Naranjo.
Peña Nieto, el Juan Manuel Santos mexicano
En política exterior, Peña Nieto puede seguir los pasos de Juan Manuel Santos en Colombia. Hasta 2010, cuando Santos asumió la presidencia, Colombia era un país con una política exterior monotemática, centrada en el conflicto con la Farc y con una sola alianza sólida, Estados Unidos. Santos ha apostado por tener mayor protagonismo regional, ser un actor clave en la realidad iberoamericana y todo ello sin olvidar su estrecha alianza con Estados Unidos (de hecho se ha ratificado el TLC entre EEUU y Colombia en 2012).
Ese sería el camino de Peña Nieto. Mantener e incluso mejorar su relación con Estados Unidos pero a la vez tener una clara apuesta en favor del protagonismo regional. Y lo cierto es que los mimbres ya están puestos y se llama la Alianza del Pacífico.
Este foro le permite a México, por un lado acercarse a la realidad sudamericana, pues esta alianza ha unido a la mayor economía hispanoamericana, por encima de España, como es México, con Colombia, Perú y Chile. Y, a la vez, refuerza indirectamente la alianza con Estados Unidos ya que los gobiernos colombiano, peruano, chileno y el propio mexicano tienen acuerdos de libre comercio bilaterales con Estados Unidos.
Como señala el periodista Andrés Oppenheimmer, "Peña Nieto profundizará la participación mexicana en la Alianza del Pacífico, dicen algunos miembros bien informados del PRI. El nuevo bloque, en el que todos los miembros tienen acuerdos bilaterales de libre comercio con Estados Unidos, pretende negociar su participación en el grupo propuesto por el presidente Barack Obama denominado Trans-Pacific Partnership (TPP), que incluiría a casi una docena de países asiáticos, y podría convertirse en el área de libre comercio más grande del mundo".
Conclusiones
La victoria del priista Peña Nieto en México abre una nueva época para este país. No supone una vuelta al pasado del PRI corrupto y autoritario porque el México de 2012 es completamente diferente al México de los años 40, 50 y 60 y posteriores. La sociedad es más fuerte, más autónoma y tiene algunas instituciones ya consolidadas que sirven de contrapeso. Además, posee un sistema de partidos muy plural y diversificado que ejerce el control y la fiscalización ante posibles excesos del ejecutivo.
En materia de seguridad, Peña Nieto combatirá al narco sin caer en la tentación del pacto con el crimen organizado. Apostará por la modernización y la mejora de la lucha contra los criminales.
En política exterior, este sexenio puede ser el definitivo para que México se convierta en una nueva economía BRIC con protagonismo y liderazgo regional: México siempre ha sido un aliado fundamental para Estados Unidos, es además un país con un peso determinante en Centroamérica, muy escuchado en el Caribe y que ha puesto un pie en Sudamérica a través de la Alianza del Pacífico.
La pugna con Brasil es inevitable aunque todo indica que será una guerra fría de baja intensidad con algunas tensiones comerciales y geopolíticas que la prudencia de Dilma Rousseff y el pragmatismo de Peña Nieto sabrán, con toda probabilidad, reconducir.
La gran incógnita es qué se esconde detrás de esa atractiva imagen que encarna Peña Nieto. Desde un punto de vista político subsisten algunas dudas: ¿regresará el viejo PRI autoritario al poder? ¿Los antiguos "dinosaurios" del PRI, entre ellos el salinismo, volverán a controlar el país? ¿Es verdad que México, su sociedad en especial, es ya lo suficientemente fuerte y tiene instituciones rodadas como para evitar que el priismo se apropie del Estado y recaiga en los viejos vicios?
Peña Nieto: "no habrá tregua ni pacto con el narco"
Pero no se trata solo de temas políticos. Dos de los grandes retos del nuevo presidente tienen que ver, primero, con la lucha y la guerra contra los cárteles del narcotráfico y el otro con la posición internacional que asuma la nueva administración.
Peña Nieto ha asegurado que continuará con la política iniciada en 2006 por Felipe Calderón de combate al crimen organizado y al narcotráfico. Ha negado que su llegada al poder sea para repetir los pactos tácitos que el viejo priismo mantuvo con los cárteles y que aseguraron la paz y la tranquilidad al país a cambio de que las fuerza del orden no interfirieran en el negocio del narco ("no habrá tregua ni pacto con el narco", ha dicho el recién electo presidente).
Por lo tanto, su ascenso a la presidencia no conlleva un punto y final sino un punto y seguido, con nuevas estrategias eso sí ("Nunca he hablado de echar por la borda lo que se ha hecho hasta ahora, nunca he hablado de un cambio radical").
Peña Nieto se inclina entonces más por la modernización en la lucha contra el narco. En este sentido, destacan algunas propuestas como la de apostar aún más por los servicios de inteligencia como puntal para derrotar al narco.
El futuro presidente aspira también a retirar a las Fuerzas Armadas del combate al narco y pretende crear una gendarmería federal, de unos 40.000 miembros -aunque se pretende llegar a los 100 mil-, inspirada en la Guardia Civil española y en el Cuerpo de Carabineros colombiano. Para ello ya cuenta con uno de los policías con mayor prestigio en la región, el general colombiano Óscar Naranjo.
Peña Nieto, el Juan Manuel Santos mexicano
En política exterior, Peña Nieto puede seguir los pasos de Juan Manuel Santos en Colombia. Hasta 2010, cuando Santos asumió la presidencia, Colombia era un país con una política exterior monotemática, centrada en el conflicto con la Farc y con una sola alianza sólida, Estados Unidos. Santos ha apostado por tener mayor protagonismo regional, ser un actor clave en la realidad iberoamericana y todo ello sin olvidar su estrecha alianza con Estados Unidos (de hecho se ha ratificado el TLC entre EEUU y Colombia en 2012).
Ese sería el camino de Peña Nieto. Mantener e incluso mejorar su relación con Estados Unidos pero a la vez tener una clara apuesta en favor del protagonismo regional. Y lo cierto es que los mimbres ya están puestos y se llama la Alianza del Pacífico.
Este foro le permite a México, por un lado acercarse a la realidad sudamericana, pues esta alianza ha unido a la mayor economía hispanoamericana, por encima de España, como es México, con Colombia, Perú y Chile. Y, a la vez, refuerza indirectamente la alianza con Estados Unidos ya que los gobiernos colombiano, peruano, chileno y el propio mexicano tienen acuerdos de libre comercio bilaterales con Estados Unidos.
Como señala el periodista Andrés Oppenheimmer, "Peña Nieto profundizará la participación mexicana en la Alianza del Pacífico, dicen algunos miembros bien informados del PRI. El nuevo bloque, en el que todos los miembros tienen acuerdos bilaterales de libre comercio con Estados Unidos, pretende negociar su participación en el grupo propuesto por el presidente Barack Obama denominado Trans-Pacific Partnership (TPP), que incluiría a casi una docena de países asiáticos, y podría convertirse en el área de libre comercio más grande del mundo".
Conclusiones
La victoria del priista Peña Nieto en México abre una nueva época para este país. No supone una vuelta al pasado del PRI corrupto y autoritario porque el México de 2012 es completamente diferente al México de los años 40, 50 y 60 y posteriores. La sociedad es más fuerte, más autónoma y tiene algunas instituciones ya consolidadas que sirven de contrapeso. Además, posee un sistema de partidos muy plural y diversificado que ejerce el control y la fiscalización ante posibles excesos del ejecutivo.
En materia de seguridad, Peña Nieto combatirá al narco sin caer en la tentación del pacto con el crimen organizado. Apostará por la modernización y la mejora de la lucha contra los criminales.
En política exterior, este sexenio puede ser el definitivo para que México se convierta en una nueva economía BRIC con protagonismo y liderazgo regional: México siempre ha sido un aliado fundamental para Estados Unidos, es además un país con un peso determinante en Centroamérica, muy escuchado en el Caribe y que ha puesto un pie en Sudamérica a través de la Alianza del Pacífico.
La pugna con Brasil es inevitable aunque todo indica que será una guerra fría de baja intensidad con algunas tensiones comerciales y geopolíticas que la prudencia de Dilma Rousseff y el pragmatismo de Peña Nieto sabrán, con toda probabilidad, reconducir.
* Rogelio Nuñez es Doctor en Historia de Iberoamérica.
Miembro del Observatorio de Seguridad y Defensa de América Latina (OSAL).
Miembro del Observatorio de Seguridad y Defensa de América Latina (OSAL).
Artículo publicado por la Revista Atenea el pasado 9 de julio de 2012.
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