miércoles, 22 de octubre de 2014

Los tres puntos negros del turismo de Gran Canaria

      
   
Mi lema preferido es: mente positiva y proactividad, lo cual no quiere decir que pase por alto comentar algunos problemas que persisten en el negocio turístico de nuestra isla de Gran Canaria.

Las Palmas de GC (Canarias), 22 de octubre de 2014 / Artículo de Opinión / José María Barrientos

Los tres principales puntos negros de nuestra industria turística son: La excesiva atomización de la propiedad de la oferta alojativa extrahotelera, la obsolescencia terminal de nuestra planta comercial y de oferta no alojativa y la falta de planificación estratégica para acometer los necesarios planes de transformación.

El fin de semana pasado leí en un periódico local que a pesar de las sucesivas leyes turísticas de apoyo a la modernización de la planta alojativa extrahotelera y de que la obsolescencia total ronda el sesenta y cinco por ciento de toda la oferta, solo un trece por ciento de las plazas obsoletas había iniciado sus obras de transformación. El panorama, desde luego, es desolador.

¿Cuál es el problema? El problema es nuestro primer punto negro: La extrema atomización de la propiedad en los complejos de apartamentos turísticos. Es materialmente imposible poner de acuerdo a decenas y a veces cientos de propietarios, cada uno con sus problemas y sus circunstancias y la mayoría de ellos sin entender bien el negocio turístico y con necesidad de recibir los pagos de sus rentas por explotación para poder vivir. Conclusión: En vez de legislar sobre incentivos a los planes de transformación de los complejos extrahoteleros, habría que legislar sobre el modelo societario de explotación turística, quizá de esta forma avanzaríamos más rápido hacia la recuperación de nuestra obsoleta planta alojativa.

El segundo punto negro es la obsolescencia, que yo llamo terminal, de nuestra oferta comercial turística no alojativa, solo hay que darse una vuelta por la mayoría de los centros comerciales del sur de Gran Canaria, para observar la falta de evolución de los negocios en los últimos veinte años, y darse cuenta de las nefastas consecuencias del modelo del todo incluido y de la falta de apoyos y de legislación al efecto para potenciar a este sector de pequeños empresarios que hace muchos años que no saben lo que es beneficio en sus cuentas de resultados. Este punto merece una reflexión y toma de decisiones por los poderes públicos involucrados en la actividad.

Y el tercer punto negro que tiene que ver con los dos anteriores, es la contumaz falta de planificación de nuestra actividad turística, cuyo paradigma es el Plan General de Ordenación Urbana de San Bartolomé de Tirajana, que sigue sin ser aprobado a pesar de llevar decenas de años redactado y retocado. A partir de este ejemplo, ya se imaginan como está el resto de nuestra planificación turística, dado que este Ayuntamiento es el más importante de Canarias en cuanto a actividad turística.

Estamos en un momento crucial para enderezar la marcha de nuestra industria turística, un periodo de bonanza por la exclusión del mercado de una parte importante de nuestros competidores, por razones de inestabilidad política y falta de seguridad y por otro lado con nuestro producto turístico culminando el último ciclo de su vida efectiva y competitiva y al borde de caer en la decadencia obsolescente.

Los pequeños y medianos empresarios del sector turístico no alojativo, tenemos mucho que decir y creo que va siendo hora de decirlo alto y claro.

Si tardamos mucho en reaccionar, corremos el peligro de llegar tarde o no llegar.


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