Santa Cruz de Tenerife, 8 de marzo de 2010 |Sindical |Gabinete de Prensa.
Cuando se cumple un siglo de la celebración del 8 de marzo, la luchade las feministas, de las mujeres conscientes de su opresión, ha sidolo que ha permitido avanzar en derechos hacia la igualdad de género.
Pero aún nos queda mucho por conquistar. En primer lugar, una ley deaborto que garantice que nosotras las que parimos, tenemos el derecho a decidir si tenemos hijos o no, la recién aprobada ley del Gobiernono responde a esta necesidad. En segundo lugar, debemos seguir luchando contra la violencia degénero, garantizando la protección de la mujer maltratada. En tercer lugar, es necesario que se nos garantice el derecho al trabajo, a un trabajo digno, que nos permita subsistir con nuestro esfuerzo, sin que existan discriminaciones salariales, ni puestos reservados a nosotras porque se pagan peor. En cuarto lugar, queremos poder conciliar, de verdad, la vida laboraly familiar. Faltan guarderías, comedores escolares, atención a la dependencia. Nosotras no tenemos por que estar condenadas al encierro en casa atendiendo permanentemente a quienes necesitan cuidados. En la actual coyuntura de crisis, no podemos ser despedidas, quedarnos sin trabajo, sin subsidios. La economía debe estar al servicio de las mujeres, de los seres humanos, no para beneficio de los dueños del capital. No podemos, olvidar, que aún cuando nos pueda faltar mucho para llegar a nuestra liberación, otras mujeres, aquí, están en una situación peor que nosotras.
Las inmigrantes, sometidas a bajos salarios, a la precariedad en el trabajo, o peor aún, a laexplotación sexual.
Ni podemos olvidar tampoco la opresión, la explotación de las mujeres en África, Asia, aún en peores condiciones que nosotras. Nuestra liberación depende de nuestra lucha, y luchamos por un mundo en el que no exista ninguna forma de explotación ni de opresión, en que ninguna mujer pueda ser oprimida, humillada, explotada. Desde nuestra condición de docentes luchamos por la coeducación. No admitimos en nombre de nada la separación de sexos, que conduciría de nuevo a nuestra inferiorización. También luchamos por erradicar desde la escuela la violencia de género, herencia de la cultura patriarcal. Esos son nuestros compromisos.
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