Palafrugell (Girona), 16 de marzo de 2010 | Cartas al Director | José Morales Martín
Juan Manuel De Prada animaba el pasado día 6 de marzo a participar en el 7-M: “El futuro no lo modelan leyes que fabrican gobiernos perecederos, sino el testimonio abnegado y luminoso, imperecedero, de quienes se rebelan contra la indiferencia ambiental y siembran entre sus contemporáneos semillas de un verdadero cambio social”, decía.
Y es que el mencionado domingo (7 de marzo), al mediodía, en todas las ciudades españolas, se convocaron concentraciones a favor de la Vida. “Cuando está a punto de entrar en vigor una ley inicua que conculca el más esencial derecho del hombre, nuestra obligación personal y cívica, nuestra responsabilidad ante la Historia, es proclamar sin ambages nuestra adhesión a la Vida, que es el manantial mismo del que nace el Derecho", declaraba.
Juan Manuel de Prada señaló que una sociedad que no respeta la Vida es una sociedad sin Derecho. Y una sociedad que admite que un simulacro de derecho persiga la Vida allá donde más desvalida se halla, es una sociedad que ha renunciado a ser humana.
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