Málaga, 16 de marzo de 2010 | Cartas al Director | María Muñoz.
Sr. Director:
Tanto los madrileños, como los que visitamos esta hermosa y acogedora ciudad, ¿han pensado alguna vez de donde viene la mayoría de las flores que adornan sus calles? Como vamos siempre con tantas prisas de seguro que no. Y es que, a pesar de que en la actualidad sólo nos sirven los listos y los guapos, hace ya casi 30 años empresarios con mucho corazón y poca cabeza pensaron crear unos viveros para dar trabajo a personas con cierta discapacidad. Se llama La Veguilla y da trabajo a cientos de discapacitados psíquicos, que cada día ponen toda su esperanza e ilusión en su trabajo.
Estas personas suelen ser muy ilusionadas y entusiastas, realizan un trabajo de alta tecnología a la perfección. Cada uno hace lo que puede, al principio a algunos les ha costado adaptarse, pero después son capaces de hacer labores que ninguna máquina podría sustituir.
Hoy, estos jóvenes discapacitados y en los tiempos de crisis como el que estamos viviendo, no sólo se mantienen ellos con su trabajo sino que su sueldo es el único que entra en muchos de algunos hogares.
Empresarios como estos, capaces de contratar a personas con alguna discapacidad, son todo un ejemplo y merecen el aplauso de todos.
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