Palafrugell (Girona), 16 de abril de 2010 | Cartasal Director | José Morales Martín
Los encierros, los manifiestos e incluso las concentraciones -ciertamente poco concurridas- a favor del juez Garzón tergiversan la realidad de los hechos al servicio de un radicalismo político que descalifica a sus promotores, más si estos son sindicatos de trabajadores. Es la consecuencia natural de la desafortunada ley de la Memoria Histórica promovida por Rodríguez Zapatero, siempre dispuesto a buscar ventajas partidistas aunque sea a costa del éxito colectivo que supuso la Transición democrática. Pienso, Sr. Director, que una sociedad que mira al futuro no puede dedicar su tiempo y su esfuerzo a la apertura de fosas o a la revisión de acontecimientos pretéritos que deben quedar en manos de los historiadores. En este país y en estas circunstancias no estamos para mirar un zanjado pasado, cosa que nos demuestra que la campaña es falsamente “progresista”.
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