Girona. 12 de abril de 2010 |Cartas al Director | Pedro J. Piqueras Ibáñez.
Manuel Cruz, director de la Fundación Vida, lamentaba “la banalización extrema que la Junta de Andalucía está haciendo del aborto con su campaña de descuentos en clínicas abortistas con el ‘carné joven’”. No podía estar más de acuerdo con sus palabras, pero aparte de ser vergonzoso encaminar a las niñas a matar a un nonato inocente y, además subvencionando, con dinero de los contribuyentes, a empresas privadas en vez de dedicar estos fondos para ayudar a las madres que quieren seguir adelante con su embarazo. Es penoso que el Gobierno andaluz haya caído en esta demagogia, tal vez con el simple propósito de captar votos.
Pienso que empujar a la mujer, especialmente a las jóvenes, hacia el aborto mediante un descuento como si se tratara de cualquier producto de uso corriente, de gozo, de placer, etc. es irresponsable, cosa que al mismo tiempo degrada a la mujer, comparándola con una mujer objeto y haciéndola cómplice de la muerte de su hijo, inducirla la vida sexual para puro disfrute, sin importarles. Ofrecer el aborto como un método anticonceptivo más sin informarlas de las muchas y graves consecuencias, físicas y psíquicas, que les pueden sobrevenir.
El autor citado continúa diciendo en su escrito: No es de recibo que siendo la comunidad autónoma con más paro, en lugar de optar por reducir gasto, opte por aumentarlo en partidas prescindibles para subvencionar amigos (clínicas abortistas). Además, la Junta tendrá que plantearse si el descuento será aplicable a los psicólogos y psiquiatras que habrá que tratar a la mayoría de estas madres que se enfrentarán a las depresiones, baja autoestima y otros efectos del síndrome post aborto”. ¡Todo eso por un puñado de votos! Y para perpetuarse en el poder, aunque no debería extrañarnos, puesto que ya lo dijo su jefe ZP: “Cueste lo que cueste”. Desgraciadamente en este caso son vidas.
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