Cáceres, 8 de abril de 2010 |Cartas al Director |Josefa Morales de Santiago.
La noticia me deja estupefacta, pues produce desconcierto: ‘El Observatorio de la Laicidad ha denunciado la presencia de autoridades, del Ejército y de la Policía, y el uso del himno nacional en las procesiones religiosas con motivo de la Semana Santa, puesto que, a su juicio, supone "una vulneración del principio de neutralidad del Estado". ¿ Y qué dice la Constitución? “Ninguna confesión tendrá carácter estatal. Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones” ( art. 16,párrafo 3º). Así pues, el Estado tendrá en cuenta “las creencias religiosas de la sociedad española”. La observación del Laboratorio de Laicidad (o para el Laicismo) trasluce mucho odio a lo católico.
Que diga también que no ha de haber " injerencias ni privilegios hacia alguna de las opciones (religiosas), con independencia del apoyo social que pueda tener cada una", no es democrático, ni justo ni constitucional. Tratándose de la Religión Católica hay que tener en cuenta que ha creado cultura, que es mayoritaria y de raíces milenarias. Despreciarlo es injusto y podría observarse una sibilina intención torticera de servirse de la democracia como de llave para el saqueo de las raíces y tradiciones de un pueblo.
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