jueves, 1 de abril de 2010

Evocaciones eucarísticas del Jueves Santo

Madrid, 1 de abril de 2010 |Cartas al Director |María Victoria Camino.

No es cualquier cosa: el Jueves Santo celebramos la institución de la Eucaristía y del sacerdocio en la última Cena del Señor con sus discípulos. España tiene la suerte de que sus obispos, con plenitud del sacerdocio, se mantengan fieles al Magisterio de la Iglesia y no transijan con escándalos de sacerdotes traidores a su vocación, como se ha visto recientemente en el Arzobispado de Toledo y que todo el pueblo agradece. Saben unir justicia y caridad, prudencia y transparencia. Un Obispo comentaba contento: “ aquí ( se refería a su diócesis) los curas son buenos; alguno no”. Debe ser general en España y en Italia.

Una chinita se escandalizaba por nuestra la compostura en el templo. La Santa Misa misa no es un espectáculo; pero por la forma de estar parece que lo fuera. Cuando se celebra la Eucaristía, Cristo repite su entrega del Calvario por nosotros; pero, desde el Concilio, salvo excepciones, se echa de menos el respeto reverencial a la Sagrada Eucaristía. Dice la Escritura: al nombre de Jesús se doble toda rodilla en los cielos, en la tierra y en los infiernos." (Fil 2, 10). Pues cuánto más debemos reverenciar su Cuerpo y su Sangre. Faltan detalles: se han retirado los comulgatorios y son una excepción las iglesias en donde se usa la bandeja al repartir la Sagrada Comunión; muchos comulgan como si les dieran una galleta, y mucha gente no se arrodilla ni en el momento de la Consagración. A mí me parece que es falta de formación, y no le echo la culpa a los laicos. No entiendo que haya algunos sacerdotes que no comprendan ni toleren la devoción profunda y visible con que algunos laicos desean recibir la Sagrada Comunión, de rodillas y en la boca ( a mí me produce admiración y respeto). Confunden devoción y humildad con vanidad. Falla el sentido de lo sagrado. Benedicto XVI nos enseña con su ejemplo. Fijémonos cómo se comulga en las misas que él celebra. Ni el Papa ni el Concilio mandaron retirar los comulgatorios; sería algún obispo sin devoción o despistado.

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