Las Palmas de GC, 13 de abril de 2010 |Opinión |José María Barrientos (*)
Andaba yo por la T2 del Aeropuerto de Madrid, cuando me sorprendió una imagen sencilla pero significativa, típica de un aeropuerto. Una tripulación de una compañía aérea nórdica, compuesta por unas siete personas, estaba sentada en una mesa de una de las terrazas de la terminal, y al menos cuatro de sus integrantes, se estaban comiendo un plátano, pelado como Dios manda y a bocados. Me acerqué con disimulo para descubrirlo y ¡sí, eran plátanos de Canarias!
Como pueden imaginar, me llevé una gran alegría y deduje de aquella situación que, o venían de nuestra tierra o el catering de la compañía les ponía sus platanitos de Canarias en los tentempiés diarios, y ambos casos eran buenos.
La imagen de la tripulación y sus plátanos, me recordó algo que me había ocurrido el día anterior, en el aeropuerto de Gran Canaria y que me había indignado, aunque me armé de paciencia y tolerancia, y superé el mal trago con dignidad y buenos modales.
Los servicios vinculados a la conectividad son aquellos que se realizan desde que el turista sale de su casa, hasta que llega a su hotel y viceversa. Cualquier fallo en la calidad de los mismos, redunda en una percepción negativa por parte del usuario, del producto turístico que ha contratado, tanto si es a la ida como al regreso a su país de origen.
Todos esos servicios están estrechamente vinculados a la conectividad y no solo los relativos a las líneas aéreas, a las rutas, o a las infraestructuras aeroportuarias. Por ello, debemos ser muy exigentes a la hora de pedir las mejores prestaciones a las empresas que los proveen y controlarlos frecuentemente desde los Organismos Públicos del Turismo.
En el aeropuerto de Gran Canaria, en la terminal grande, el control de equipajes de mano, de por si incómodo y poco agradable, tiene unos problemas añadidos, que van en detrimento de la calidad de los servicios de conectividad de nuestra isla. Me explico.
En la zona de salidas de nuestro aeropuerto, solo existen cuatro máquinas de control de equipajes de mano. Se han dispuesto unas cintas, de las llamadas de protocolo, para organizar las colas de pasajeros que tienen que pasar por los mencionados controles, para proceder al embarque. Con dicho sistema organizativo, se forma una especie de serpiente multicolor de turistas, que desemboca en un auténtico “cuello de botella”, a medida que se van acercando a las cintas transportadoras de las máquinas de control.
Por esta zona del aeropuerto, embarcan todos los pasajeros con destino a la Península y al resto de Europa. Imaginemos que coinciden solo cuatro vuelos, en un momento dado (cosa muy normal todos los días y varias veces al día). Cuatro aviones de mediana capacidad, como los que sostienen nuestra conectividad, pueden transportar a unas seiscientas personas, a razón de ciento cincuenta por cada uno de ellos.
Cada máquina de control de equipajes de mano, atendería a ciento cincuenta personas, a un ritmo rápido de dos minutos por pasajero, mas de la mitad de esos turistas, tendrían que esperar más de una hora y media para completar el trámite de control.
Me pregunto: ¿es esto aceptable en destinos como el nuestro? ¿No se podría hacer mejor? ¿Sería muy caro destacar por la calidad de estos servicios?
A mi modesto entender, sería interesante empezar a fijarnos en la forma de destacar por este tipo de servicios. Que Canarias sea el destino con los servicios y las tecnologías de conectividad, mas avanzados de Europa. Esto seguro que si nos lo proponemos, puede ser realidad en poco tiempo y por un coste muy razonable. Las mejores máquinas y los mejores profesionales.
El plátano de Canarias, nuestras playas y nuestros servicios de conectividad, además de todo lo demás, pueden ser el factor diferencial positivo que nos distinga de nuestra competencia. ¿Lo intentamos?
(*)José María Barrientos
Emprendedor y Político
jmbarri@emplea.eu
www.lacoctelera.com/ringostar
Canarias merece mucho mas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario