Madrid, 19 de junio de 2010 |Opinión | UNIÓN DE OFICIALES GUARDIA CIVIL PROFESIONAL
No es necesario recordar el impacto que en la sociedad ha provocado que el conocido Díez USABIAGA, exsecretario general del sindicato de la izquierda abertzale LAB e imputado por reconstruir batasuna a las órdenes de ETA, haya sido excarcelado bajo la justificación de tener que atender a su madre.
Es lógico que cualquier español se alarme y más aquellos que ven frustrado su trabajo en la lucha diaria contra el terrorismo. Sin embargo indigna más aún, si cabe, ver que un presunto miembro del entramado terrorista disfruta de más derechos que un guardia civil.
Hace unos meses, la Unión de Oficiales (UO), denunció públicamente que a un Capitán de la Guardia Civil se le había negado el derecho a flexibilizar la jornada para poder atender a su madre de 82 años de edad y con una minusvalía del 46%.
El Jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Cuenca negó la solicitud del Capitán, por lo que el asunto acabó en los tribunales. El Juzgado Contencioso Administrativo número uno de los de Cuenca dictó sentencia nº 160/2010 en la que declaraba la nulidad de la resolución denegatoria del Jefe de la Comandancia de la Guardia Civil, reconociendo el derecho del Capitán a flexibilizar el horario y poder atender a su madre en aquellos periodos de tiempo en los que residiera en el domicilio del recurrente, tal y como se había solicitado en aplicación del Plan Concilia.
Sin embargo, la abogacía del Estado, sujeta a la estructura jerárquica del Gobierno, ha recurrido la sentencia al entender que a dicho Capitán no se le debe conceder ese derecho.
Pese a que estamos acostumbrados al racaneo de las políticas sociales en la Guardia Civil, y a ver como nuestro Ministro del Interior y el Director General intentan obstaculizar la modernización de la Guardia Civil, nos indigna ver que se trate de impedir el legítimo derecho de un miembro de la Guardia Civil a cuidar de su
madre enferma mientras que aquellos que se dedican a dinamitar la legalidad vigente y la pacífica convivencia pueden disfrutarlo sin trabas.
Es lamentable y sencillamente vergonzoso, que hechos como el relatado hagan que un guardia civil pueda mirar con envidia los privilegios que se conceden a personas que, como Usabiaga, no destacan precisamente por ser defensores del estado de derecho.
No hay comentarios:
Publicar un comentario