jueves, 29 de julio de 2010

El director en España de la Escuela de Ecología Humana imparte el curso La educación y la convivencia a favor de la realización del ser humano

Saavedra afirma que el analfabetismo emocional está muy desarrollado en nuestra sociedad


*Asegura que la educación dominante, basada en una cultura competitiva del yo o tú, facilita el aprendizaje de emociones falsas e impide sentir emociones auténticas, que son las únicas racionales, objetivas y adecuadas al momento presente para convivir como seres humanos”

San Bartolomé de Tirajana, 29 de julio de 2010| Educación |Gabinete de Prensa Local.

“El analfabetismo emocional está muy desarrollado en nuestra sociedad porque desde pequeños aprendemos a sentir emociones falsas que, cuando vamos creciendo, seguimos considerando que son las únicas que podemos sentir para hacer y tener cosas en una sociedad de consumo que nos hace creer que somos también cosas y objetos de usar y tirar”, afirma Juan Antonio Saavedra, director en España de la Escuela de Ecología Humana.

Juan Antonio Saavedra, que imparte desde el lunes en la Universidad de Verano de Maspalomas el curso La educación y la convivencia a favor de la realización del ser humano, manifiesta que una emoción falsa frecuente muy extendida es el amor falso, “que nos hace confundir la alegría de ser libres con depender de otra persona que dice que nos quiere y a la que decimos querer, aunque las dos sabemos que sólo nos necesitamos para usarnos”.

La alegría falsa – agrega Saavedra – se fomenta mucho a través de ciertos medios de comunicación, al facilitar fanatismos ante determinados acontecimientos como el reciente mundial de fútbol que impiden sentir rabia ante injusticias graves. “El miedo falso es lo que nos hace supersticiosos para no disfrutar de alegrías tan sencillas como una buena comida con amigos o un orgasmo sexual que no genere adicción. La rabia falsa se disfraza de celos y envidia para seguir sin sentir amor y orgullo en relaciones de respeto”.
Modelo cultural ecológico

En el curso La educación y la convivencia a favor de la realización del ser humano Juan Antonio Saavedra enseña los mecanismos necesarios para protegernos de una mente que nos engaña, haciéndonos creer que el pasado es causa de lo que nos pasa y que en el futuro, que nunca llega, vamos a encontrar la solución.

La Escuela de Ecología Humana encuadra la educación en el modelo cultural ecológico de las 7P (Presente, Permitir, Practicar, Participar, Proteger, Perder y Poder ser) que contiene y resume las claves del éxito para realizarnos como seres humanos en cualquier área de nuestra vida, a nivel individual, grupal y organizativo.

“Todo el modelo apunta a convivir en paz con lo que nos rodea, aplicando la P de estar en el presente con nosotros mismos, ya que nadie puede estar en un lugar mejor que en el que está en cada momento”, comenta el director en España de la Escuela de Ecología Humana.

Explica que esta meta de lograr una felicidad realista, sin ideales inalcanzables, exige sobrevivir a cualquier circunstancia gracias al miedo que nos protege, la tristeza que nos ayuda a perder y la rabia que nos permite luchar contra injusticias o limitaciones a nuestro propio desarrollo.
Reglas de juego

Las 7P que usa la Escuela de Ecología Humana para encuadrar sus entrenamientos y experiencias educativas, son las protecciones o reglas de juego que aplican continuamente en su metodología para lograr el fin de la educación, que según Saavedra es “crear contextos donde cada uno pueda llegar a ser lo que realmente es como ser humano”.

Para el director en España de la Escuela de Ecología Humana “es urgente cambiar la imagen del educando como un papel en blanco, que tiene que copiar y repetir lo que se le transmite, por la imagen de la semilla que cada uno es y que tiende a convertirse en el árbol de su autorrealización como ser humano”.

Saavedra opina que “educar no es transmitir verdades y seguridades falsas, de degeneración en degeneración, a través de exámenes que mantienen el poder irreal de mentes impotentes y psicopatogénicas”. Y añade que “cada vez somos más, sobre todo con las nuevas tecnologías, los educadores y educandos que disfrutamos de coincidir en aprender a ser lo que somos, sin que nadie se limite a aburrir y aburrirse enseñando”.

“Ese es el fin del modelo cultural ecológico de la mente colectiva que proponemos y que resume los poderes, las emociones y los valores más adecuados para lograrlo”, concluye Juan Antonio Saavedra.

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