Las Palmas de GC, 22 de julio de 2010 | Sociedad | Gabinete de Prensa.
Un año más termina la temporada teatral. Los actores a diferencia de otras profesiones tenemos dos fines de año, uno, como el resto de personas, el 31 de diciembre y otro el 30 de junio coincidiendo con el final de la temporada teatral. Esta temporada se ha caracterizado por ser continuista, unos continúan con su esfuerzo permanente de salir a flote y otros continúan deambulando en el caos en el que se ha convertido la gestión cultural. Las compañías de teatro canarias, que no son ajenas a la crisis que nos atenaza, especialmente a Canarias, han hecho una vez más gala de imaginación y valentía a la hora de afrontar los difíciles momentos por los que atravesamos. En cambio algunos responsables de conducir las políticas institucionales han rizado el rizo y cuando más hacía falta derrochar imaginación para rentabilizar de la mejor manera posible los recursos se han dedicado a derrocharlos. No por ser ya habitual es menos doloroso el hecho de que algunos administradores de la política cultural en Canarias ninguneen y desprecien sistemáticamente a los que ejercemos nuestro trabajo en las islas. Estamos cansados de comprobar una y otra vez que el viejo topicazo de que lo que viene de fuera es mejor que lo que se produce aquí se repite año tras año.
El Gobierno de Canarias tiene la intención de presentar en breve las conclusiones a las que han llegado un selecto grupo de representantes de la cultura reunidos en torno al lema Los desafíos de la Cultura en el siglo XXI, es decir el Proyecto Septenio. Estas mentes preclaras han redactado un “Plan Estratégico del Sector Cultural de Canarias”. En el que entre otras consideraciones se asevera que tenemos: Una sociedad con escaso nivel formativo y de bajo consumo y una industria débil, mal formada y excesivamente dependiente de las instituciones. Recibimos con interés este tipo de iniciativas y conclusiones si, aparte de consumir una parte del presupuesto en gastos de viajes, hoteles etc, cosa que por otra parte es lógico que así se haga, sirven para que en lo sucesivo las políticas culturales respondan a las necesidades reales de los Canarios. El tiempo lo dirá.
Capítulo aparte merece analizar la política cultural que desarrolla el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria. Para nuestro colectivo está siendo una gran decepción la gestión del Alcalde en materia cultural. Don Jerónimo Saavedra siempre se ha caracterizado por ser una persona sensible hacia la cultura en todas sus expresiones y es por ello que no entendemos como es posible que su gestión al frente de este departamento, a nuestro entender, no haya cumplido con las expectativas puestas en él. El Teatro Pérez Galdós no programa ni coproduce a las compañías de teatro canarias pero si produce costosísimos proyectos como “Electra” que esta siendo una sangría económica para las arcas municipales en detrimento de la programación cultural de la ciudad basada en las compañías locales. Recientemente la gerencia del Pérez Galdós ha solicitado al consistorio 200.000 euros para cubrir los 323.000 euros de pérdidas que han generado los espectáculos programados entre enero y mayo de este año. Simplemente por este dato ya hay motivos más que sobrados para pedir la dimisión del gerente el señor Cambreleng y desde aquí la pedimos. Hay otro motivo que hace necesaria esta petición. La humillación de la que nos sentimos objeto los actores y actrices canarios. En el reparto de esta obra figuran compañeros, que desarrollan su actividad en nuestra comunidad, en papeles de escasa relevancia. Otra vez el desprecio hacia el talento de nuestros profesionales máxime cuando se trata de una producción costeada con recursos públicos. No se ha dado el principio de igualdad de oportunidades a la hora de confeccionar el reparto. Consideramos que lo justo hubiera sido convocar pruebas. Pero no sólo para los pequeños papeles, también para los protagonistas. Han perdido una gran ocasión, la de presentarse ante el público de las islas, y también de la península, con un reparto enteramente canario. Muchos, estamos seguro, se hubieran sorprendido de la calidad de nuestros intérpretes. Disponemos de una Escuela de Actores con sede en las dos capitales de la que salen todos los años licenciados y licenciadas en arte dramático. Los hay que ante la falta de trabajo deciden intentarlo en otros lugares y emigran. Madrid y Barcelona suelen los lugares mas comunes de destino. El comienzo en cualquier profesión es duro y en la nuestra no iba a ser menos. Son pocos los que consiguen su objetivo. Son más los que acaban poniendo copas. Si producimos actores y actrices lo lógico es pensar que lo hacemos para disponer de ellos y emplearlos en la tarea para la que han sido formados. Se hace un importante esfuerzo humano y económico formando profesionales para mandarlos, en su mayor parte, directamente al paro. Esto podría paliarse, en parte, si en los repartos de las obras que se producen en Canarias se incluyeran a nuestros actores y actrices. Y tampoco estaría de más pedir que los festivales coprodujeran con las empresas canarias. El Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria nos convoca al Festival de Teatro, Música y Danza de 2010. Y cada año pensamos lo mismo ¿No hay ya bastantes programaciones de música en la ciudad a lo largo del año como para que se la incluya también en el de teatro y danza? Y nuevamente tan sólo se programa a una compañía de teatro Canaria. Qué pasa ¿Que a los programadores de éste festival no les gusta el teatro que hacemos aquí? ¿Y es por ello que sólo programan a una compañía para que luego no les echen en cara que no hay representación canaria en el festival? Esperemos que para la tan cacareada Capitalidad Cultural de la cuidad de Las Palmas, si es que al final la gana, cosa que por otra parte deseamos, se nos tenga en cuenta y no se nos margine por aquello de que lo de fuera siempre es mejor.
Lo del Cabildo de Gran Canaria tiene dos caras, por un lado el Teatro Cuyás, auténtico baluarte de la Consejería de Cultura, que ha conseguido cerrar su temporada pese a los recortes presupuestarios. Ha habido compañías canarias que han podido estrenar o reponer ahí sus espectáculos y la programación ha mantenido el nivel artístico que demanda el público habitual del Cuyás. Otra cosa bien distinta es el resto. El SIT (Sala Insular de teatro) se ha caracterizado por la ambigüedad, la indefinición y hasta un cierto oscurantismo con su uso. Se destituyó a la señora Rosa Férez de su cargo y responsabilidad en el organigrama de la Consejería de Cultura, algo que por otra parte se demandaba, y después acordaron convenir con la compañías el abrir el SIT para aquellos que quisieran jugarse el tipo a taquilla. Algunas compañías aceptaron el reto y mal que bien han conseguido hacer su trabajo aunque con problemas a la hora de cobrar su dinero, pues, aunque sus ingresos salían de las taquillas, no les pagaron hasta pasados unos meses debido a que el dinero generado por la taquilla del SIT lo gestiona un departamento del Cabildo que administra la contabilidad de teatro y música. Este departamento con el dinero de las taquillas generadas por las compañías de teatro hacía otros pagos, de manera que las compañías acogidas al sistema de trabajo a taquilla han estado subvencionando al cabildo con el fruto de su trabajo y cuando este departamento ha considerado oportuno que ya podían cobrar les ha pagado, verdaderamente una situación surrealista. Y que decir del Gran Canaria Espacio Digital, magnífico edificio dotado para, con un poco de imaginación, desarrollar alguna actividad. El auténtico esfuerzo de imaginación está en mantener la calma para no dejarse llevar por la indignación al ver que su potencial como generador y dinamizador de actividades tanto formativas como de promoción del cine, la televisión y las nuevas tecnologías, por falta de presupuesto, se quede en mero lugar para celebrar reuniones, casting, presentaciones y actividades de otras administraciones o particulares. Hace poco la Consejería de Cultura del Cabildo de Gran Canaria de la que depende este centro convocó un concurso para ofrecer el material y las infraestructuras a todo aquel que presentara un proyecto. La lectura que hacemos es que la Consejería de Cultura del Cabildo de Gran Canaria lo que piensa es: Tráiganme ideas y proyectos y ya veremos que hacemos con ello.
La UAC quiere dejar claro que no nos mueve interés alguno, en lo que a lo personal se refiere, hacia las personas que se hayan podido sentir aludidas anteriormente. Es más, pensamos que tanto profesionalmente como en lo personal hay en la administración que criticamos gente cabal, entusiasta y capaz.
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