Madrid, 19 de julio de 2010 |Sindical | Gabinete de Prensa.
Por segundo año se convoca en Santander el Seminario de Estrategias de Seguridad: cooperación policial y participación ciudadana que organiza la Dirección General de la Policía y de la Guardia Civil en colaboración con la Universidad Internacional Menéndez Pelayo. Dicho seminario está dirigido por el Sr. Velázquez, Director de la Policía ¿y de la Guardia Civil?
Es frecuente y lógico que se invite, como expertos en la materia, y portavoces del colectivo profesional a los representantes sindicales de los policías.
En la edición del año pasado (2009), un asistente a las jornadas se puso en pie y preguntó al Director General, el Sr. Velázquez López, por qué, del mismo modo que se había invitado a los sindicatos policiales no se invitaba a los representantes de las asociaciones profesionales de los guardias civiles; ¿o es que los guardias civiles, a diferencia de los policías, no tienen nada que decir sobre las políticas de seguridad?
El Director General dijo entonces que para este año no se cometería el mismo “olvido”, pero está claro que, una vez más, mintió, pues las organizaciones representativas de guardias civiles siguen sin ser invitadas, a diferencia de los sindicatos policiales que vuelven a asistir.
Este nuevo desprecio, de ser aislado, podría quedar en la pura anécdota. Sin embargo es un suma y sigue. Cada día nos cuesta más, a los guardias civiles, digerir el desprecio constante al que este Gobierno nos somete.
Cuesta entender que todas las comisarías de Policía tengan circuito cerrado de televisión y medios de autoprotección mientras que existen acuartelamientos de la Guardia Civil que son auténticas ratoneras. Cuesta entender que Policía, con cerca de 25.000 efectivos menos tenga más presupuesto para productividad que la Guardia Civil. Cuesta entender que un guardia civil deba trabajar entre 20 o 25 horas más a la semana que un policía. Cuesta entender que en la Guardia Civil no se haya reformado la Ley de Personal para adaptarse al Espacio Universitario Europeo como sí lo han hecho otros cuerpos o las Fuerzas Armadas, cuesta entender que la tasa de mandos de la Policía sea del 12% mientras que en la Guardia Civil únicamente del 4%, con las consecuentes dificultades para conciliar la vida familiar y laboral. Cuesta entender que la Abogacía del Estado recurra la sentencia que permite a un miembro del Cuerpo flexibilizar la jornada para atender a su anciana madre, derechos que se conceden a un presunto colaborador de ETA. Cuesta entender que los sindicatos de la Policía reciban cerca de 400.000 euros de ayudas y las asociaciones de la Guardia Civil reciban “cero Zapatero”… Cuesta entender por qué los guardias civiles son
siempre los últimos.
Para este Gobierno los guardias civiles no somos nada. Aún resuenan las palabras del Director de Tráfico cuando dijo que diez radares podían hacer el mismo trabajo que casi toda la Guardia Civil en controles de velocidad.
Eso sí, se acuerdan de los guardias civiles a la hora de hacerse la foto cuando se detiene a un comando terrorista, como si ellos hubiesen pasado la noche a la intemperie varios grados bajo cero. Tampoco faltan elogios a la hora de imponer medallas póstumas sobre los féretros de nuestros compañeros.
Pero el día a día es distinto, humillación tras humillación y desprecio tras desprecio, ese es el verdadero trato que reciben los guardias civiles de este Gobierno y de su Ministerio del Interior.
La no invitación de los guardias civiles al seminario es sólo una gota más
No hay comentarios:
Publicar un comentario