EN PLENO SIGLO XXI CIENTOS DE GUARDIAS CIVILES SE DEDICAN A LABO-RES DE ALBAÑILERIA, FONTANERIA, ELECTRICIDAD, PELUQUERIA Y OFICIOS VARIOS.
AL MISMO TIEMPO SE MANTIENE UN DESPLIEGUE TERRITORIAL INOPERATIVO.
Madrid, 13 de agosto de 2010 | Opinión | Gabinete de Prensa AUGC.
El Gobierno, como contestación a una pregunta parlamentaria del Partido Popular, reconoce que 571 guardias civiles se dedican a labores de “mantenimiento, entretenimiento, conservación y apoyo” que, dicho de otra forma, se refieren a guardias civiles dedicados a albañilería, fontane-ría, electricidad, peluquería y oficios varios.
Además, en el contexto de la misma pregunta, el Gobierno manifiesta que existen 949 guardias civiles empleados en la conducción de vehículos oficiales, en gran medida, conductores de jefes.
Antes de nada, desde AUGC afirmamos que estas cifras están minimizadas y que existe un nú-mero mayor de agentes dedicados a este tipo de labores tan alejadas del cometido, en pro de la seguridad de los ciudadanos, por el que se le paga a un guardia civil, ya que existe un gran núme-ro de guardias civiles dedicados a este tipo de trabajos con la “trampa” de que en su destino figu-ra una Unidad distinta.
Esta situación es inconcebible en un Cuerpo policial del siglo XXI y constituye, además de un derroche de dinero, una auténtica estafa a nuestra sociedad, puesto que los ciudadanos pagan con sus impuestos a agentes de policía no a fontaneros, peluqueros o electricistas. Más aún cuando este mismo año se han publicado tan sólo 232 plazas para el Cuerpo de la Guardia Civil.
A esta situación que evidencia la nefasta organización interna del personal hay que añadirle el elevadísimo número de puestos burocráticos que existen en el Cuerpo. Por poner un ejemplo, el Cuerpo Nacional de Policía tiene más de 6000 funcionarios civiles trabajando en el mismo. Sin embargo en la Guardia Civil, este tipo de labores no policiales recae casi en su totalidad en los propios Agentes de manera que los funcionarios civiles que trabajan en el Cuerpo apenas superan los 700. Todo ello cuando la Guardia Civil dispone de 20.000 efectivos más que el Cuerpo Nacional de Policía.
Y mientras tanto, contra toda lógica y funcionalidad, se mantienen abiertos más de 2.500 cuarte-les de la Guardia Civil, muchos de ellos con unos recursos personales tan escasos, que los hacen inoperativos en su función primordial de garantizar la seguridad ciudadana de los habitan-tes de los municipios.
Más inquietante puede ser el hecho de que AUGC ha elaborado un informe el que se ha analiza-do la seguridad de 1617 de esas dependencias oficiales. En el mismo se ha documentado la cons-tatación de que más de la mitad de los mismos poseen una seguridad deficiente ante posibles atentados.
Este informe ha sido enviado al Ministerio del Interior y la Dirección General de la Policía y la Guardia Civil, con el propósito de que se vaya solucionando este grave problema. Pero ante a falta de respuesta oficial, la Asociación Unificada de Guardias Civiles, trasladará este asunto a los grupos parlamentarios, para que se utilicen los canales políticos adecuados de control al Go-bierno.
En síntesis, el sistema organizativo de la Guardia Civil es caro, inseguro, obsoleto e ineficaz puesto que resta Agentes para la protección de nuestras calles poniéndolos a trabajar de adminis-trativos, peluqueros, albañiles o electricistas, y mantiene a los componentes de los destinos ope-rativos en unidades demasiado dispersas para que cumplan sus funciones de modo efectivo.
Con este panorama, que evidencia la falta de interés gubernamental en solucionar los endémicos problemas de la Institución, para convertirlo en el cuerpo de seguridad moderno que requiere nuestra sociedad, se nos dice por parte de los responsables políticos y de los altos mandos del Cuerpo, que la organización de la Guardia Civil no permite la homologación de nuestras condiciones laborales a las del Cuerpo Nacional de Policía. La persistencia en mantener este sistema organizativo, va en contra de los intereses de los ciudadanos y es una de las razones por las que se está causando un grave malestar interno que en nada puede beneficiar a la eficacia de nuestro trabajo, pues los guardias civiles estamos cansados de que no se nos trate en justicia y, por el contrario, se mantengan situaciones absolutamente intolerables en un Cuerpo policial.
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