lunes, 9 de agosto de 2010

El Sr. Pere Navarro se equivoca.

Madrid, 9 de agosto de 2010 | Sindical | Gabinete de Prensa AUGC.
Ante las graves acusaciones del Señor Director General de Tráfico, donde, sin ningún rubor, culpabiliza a la llamada “huelga de bolis caídos” y, por tanto, a los Agentes de Tráfico, de un supuesto aumento de la accidentabilidad en carretera nos vemos obligados a puntualizar lo siguien-te:

PRIMERO: Una vez más, queremos dejar claro que AUGC no ha promovido ni impulsado ninguna “huelga de bolis caídos”. Es más, afirmamos que tal “huelga” no existe. Los guardias civi-les, incluidos los miembros de la Agrupación de Tráfico, sufren una enorme frustración y desmo-tivación que inevitablemente influye en su trabajo. Y los únicos culpables de la situación lo son el propio Ministerio del Interior, con la inestimable ayuda de la cúpula de altos mandos del Cuerpo, en su empeño de continuar con la tradición de abuso y discriminación al colectivo poli-cial que más trabaja y que menos cobra.

La rebaja del 5% a todos los funcionarios, incluidos los guardias civiles, coincide con la negativa, por parte del Ministerio del Interior, a homologar nuestra jornada laboral con la de los miembros del Cuerpo Nacional de Policía. En entendible la desmotivación que sufre un trabajador al que le homologan, cuando de reducir sus salarios se trata, pero con la misma Direc-ción General y con idénticas funciones se les sigue negando, con más de 15 años de retraso, una jornada laboral igual a aquellos que realizan su mismo trabajo, a lo que hay que añadir que cobra menos que ningún otro cuerpo policial. La solución al conflicto se encuentra en acabar de una vez por todas con esta situación y tratar en justicia a los guardias civiles.

SEGUNDO: Dice el Señor Pere Navarro que la UE afirma que “a mayor vigilancia y control” menos accidentes, y añade de su propia cosecha que esta frase equivale a decir “a más multas, menos accidentes”. Desde AUGC, no dudamos de las medidas coercitivas sean necesarias para mejorar la seguridad vial como también sabemos de primera mano lo que pasa en nuestras carre-teras. Multar por el hecho de multar no beneficia a la seguridad vial, es necesario que el ciudada-no confíe en las Instituciones y perciba la medida como claramente correctora de su actitud al volante y no, como demasiadas veces pasa, como una mera forma de recaudar.

El aumento del número de denuncias coincide con el aumento de la escuálida plantilla de la Agrupación de Tráfico. La presencia de más Agentes en las carreteras es lo que ha influido real-mente en beneficio de la seguridad vial, no sólo las multas.

Si la política de la DGT es percibida por una gran parte de la ciudadanía como “recaudatoria” algo se está haciendo mal y no se rectifica. Según algunos estudios sobre el tema, el 75% de los radares están situados en tramos de baja accidentabilidad. Este es sólo un ejemplo de las razones por las que los ciudadanos tienen este mal concepto de las políticas llevadas a cabo por Pere Na-varro. El baremo aplicado ahora a los guardias civiles de tráfico no hace sino aumentar este mal concepto de la ciudadanía.

El Señor Director General de Tráfico realiza acusaciones muy graves sin ningún fundamento. Si tan seguro está de que la bajada en el número de multas ha “ralentizado” el descenso del número de víctimas en carretera durante el mes de julio, habría que preguntarle por qué en Cataluña, cuyas competencias de tráfico corresponden en exclusiva a los Mossos de Es-quadra, han aumentado en este mismo mes un 53%. ¿ Estarán los mossos en huelga?

TERCERO: ES MÁS CÓMODO CULPABILIZAR A LOS GUARDIAS CIVILES QUE ACEPTAR SUS RESPONSABILIDADES.- EL GOBIERNO INCUMPLE SUS PROME-SAS ELECTORALES EN MATERIA DE SEGURIDAD VIAL.- ESO SÍ INFLUYE NE-GATIVAMENTE EN LA SEGURIDAD DE NUESTRAS CARRETERAS

Lo que es absolutamente cierto es que a mayor presencia de la guardia civil, menos accidentes. Eso también lo sabe el Director General de Tráfico. Sin embargo en las carreteras secundarias, donde se producen más del 75% de los accidentes mortales, apenas tienen vigilancia de la Guar-dia Civil de Tráfico. No hay suficiente plantilla para atenderlas. En el programa electoral del PSOE del año 2004, se aseguraba que ampliarían la plantilla en mil efectivos anuales durante tres años. En el año 2004, la plantilla de la Agrupación de Tráfico era de 8500 Agentes, con este da-to, en el año 2007 debieran de haber 11500 Agentes. Más de tres años después el Gobierno sigue incumpliendo esta promesa electoral, pues a fecha de hoy la plantilla es de 10.000 Agentes. No hay guardias civiles de tráfico suficientes y esto SÍ influye en la seguridad vial. También es cul-pa de la política de la DGT la reducción del número de kilómetros máximos a realizar por las patrullas de la Guardia Civil de Tráfico (medida impuesta para ahorrar combustible) lo que tam-bién limita nuestra presencia.

Los países más punteros en seguridad vial, establecen como la medida más eficiente, por encima de cualquier otra, la educación de la ciudadanía en materia de seguridad vial. El PSOE en su programa electoral afirmaba la “generalización de la educación vial en la enseñanza obligatoria”. A fecha de hoy esta es otra promesa incumplida, cuando es la medida, a medio y largo plazo, que mejores beneficios puede aportar en nuestras carreteras.

La eliminación de los tramos de concentración de accidentes: otra promesa incumplida. A pesar de su compromiso electoral de eliminar los tramos de concentración de accidentes en el año 2012, todo apunta a que esta medida no podrá ser llevada a cabo. Y lo que es peor, desde hace años no se publica la accidentabilidad en estos tramos. El Señor Pere Navarro conocerá las razo-nes.

CUARTO: No existe ni en España ni en ningún país civilizado un Cuerpo encargado de la vigi-lancia del Tráfico al que se le mida su rendimiento dando un valor numérico a sus actuaciones y donde, sin ningún rubor, se da más valor a una denuncia que a una labor de auxilio en carretera o la actuación en un accidente. El Señor Pere Navarro no puede justificar esta forma de graduar el rendimiento de los Agentes cuando supone la quiebra de la confianza que la sociedad deposita en nosotros, destroza nuestra imagen y aumenta la sensación de afán recaudatorio de la Administra-ción, pues el número de denuncias que extiendan, repercute directamente en sus sueldos, lo que afecta a la imparcialidad y objetividad necesaria en la actuación de los guardias civiles.

Además de ello, con la aplicación de este baremo se pone en jaque a la economía de quienes tra-bajan en la carretera. Se amenaza con bajar sus retribuciones, concretamente con la retirada de 150 euros en concepto de seguridad vial. Sin embargo aquellos Agentes pertenecientes a la Agrupación de Tráfico con puestos más cómodos como son labores de carácter burocrático, me-cánicos, operadores de la central o laboratorio de fotografía no tienen que temer porque sus suel-dos se vean mermados puesto que no trabajan en carretera y, por tanto, no ponen multas. Es decir que el que se la juega en carretera ( 316 muertos en acto de servicio desde la fundación de la Agrupación en 1959), pasa frio, calor, se enfrenta a accidentes, sufre turnos impensables y con-trarios a la propia política de la DGT , además se le amenaza con pagarle menos que aquellos con puestos muchísimo más cómodos. Si el Sr Pere Navarro, el Ministro del Interior o el General Jefe de la Agrupación de Tráfico creen que de esta forma se va a solucionar el problema apaña-dos vamos.

Exigimos que se retire este “baremo multador” y se pidan responsabilidades al autor o au-tores de tamaña torpeza.

Por último exigimos una rectificación pública del Señor Director General de Tráfico, donde quede fuera de toda duda que unos Agentes maltratados y olvidados por la Administración no son los culpables de que las cifras no le cuadren a la DGT. La tendencia a la baja de los accidentes de tráfico y sus consecuencias más fatales ha sido debida, en gran parte, a la profesio-nalidad y buen hacer de unos servidores públicos de los que se ha abusado hasta la saciedad. Ni el Señor Pere Navarro, ni el Ministro del Interior con sus sueldos de lujo, sus dietas, escoltas y demás prebendas públicas pueden culparles de un problema que ellos mismos han causado.

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